viernes 26 abril
LA CRÓNICA HORIZONTAL  |   | Luis F. Ruiz

'Por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa'

Sandoval tira de sinceridad para responsabilizarse de los dos errores que costaron la derrota · Sabe por dónde le llegan las cornadas, ya es un logro

Sandoval se lamenta tras una ocasión fallida del Granada CF. Foto: Roberto Romera

Sandoval se lamenta tras una ocasión fallida del Granada CF. Foto: Roberto Romera

Hay derrotas que duelen más que otras. Que se asimilan antes. Que se digieren con más facilidad. Que, simplemente, no sientan como una derrota, pero tampoco como una victoria. Son esas que dejan un sabor que no es agrio pero que también queda lejos del dulce. Son derrotas intermedias. Partidos que se pierden con la sensación de que lo que se ha visto ha sido positivo, al menos si se compara con lo que los ojos de cada cual ya había presenciado previamente en el mismo asiento salmón un año atrás.

José Ramón Sandoval sabe cuándo se equivoca. Es absurdo actuar como esos entrenadores que se enrocan a una creencia aun a sabiendas de que no es cierta. Aquellos técnicos que creen que el respetable -no dejan de serlo pues son quienes pagan- están próximos a la confianza ciega solo por el hecho de sentir, sufrir, alegrarse, reir y llorar con los mismos colores que visten los jugadores que los defienden sobre el césped.

El técnico madrileño ya demostró que quiere durar en el banquillo rojiblanco. Al menos que por él no sea. Tras el primer varapalo sufrido ante el Eibar en casa hizo los cambios oportunos, precisos, justos y necesarios para que la imagen del Granada CF cambiara lo suficiente como para conseguir la victoria.

Pero también es un entrenador de ideas fijas. Si algo va bien, por qué cambiarlo. Lo demostró este domingo ante el Villarreal, en donde al contrario que Joaquín Caparrós -entre otros homólogos de la profesión- solo ha tardado dos jornadas en repetir alineación, algo que parece que al hispalense -por poner un ejemplo- le costaba, al parecer, bastante.

Sandoval se marchó al descanso convencido en que había cosas que se podían hacer mucho mejor. Y así, tiza en mano, dio las directrices necesarias a sus jugadores para sacar la pelota desde atrás, jugada. En conclusión, que Los Cármenes se lo pasara bien viendo a su equipo. Y así lo hicieron los jugadores en la primera oportunidad de demostrar al entrenador que son unos 'mandaos'. Pero no contaban con la astucia de un Villarreal que en esas no suele perdonar. En cinco minutos se puso 0-2 en el marcador.

Tras ello movió banquillo. No hubo que esperar mucho para que entrasen Thievy y Rober a refrescar el ataque. A revolucionarlo, por qué no decirlo. Y el Granada CF se metió en el partido.

Luego llegó el tercero de los visitantes cuando la bocina ya estaba a punto de acabar. Pero quizás sea el momento de comparar lo visto hace unos meses, un año; y lo contemplado este domingo en Los Cármenes.

Sandoval dice que se sale o por la enfermería o por la puerta grande. Más allá de que ante el Villarreal las cornadas fueron varias, sabe dónde hay que ponerse para evitar que el toro le vuelva a dar la voltereta. Y no solo es consciente de ello sino que es capaz de reconocerlo en público. Entonar el 'mea culpa' no provocan que se le caiga los anillos. Qué cosas. Ya ven que hay quienes, de vez en cuando, pisan la tierra entre tanta estrella, por raro que parezca.

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