sábado 27 abril
La Capital  |   | Redacción aG

El 'Cortijo del Aire' trata a más de 2.500 personas con problemas de drogas desde su apertura

Esta comunidad terapéutica, inaugurada en 1990, ha diseñado un calendario de actividades para celebrar su 25 aniversario junto a sus usuarios

Los usuarios de este centro son hombres de todas las edades, situándose la mayoría de ellos entre los 20 y los 40 años. Foto: aG

Los usuarios de este centro son hombres de todas las edades, situándose la mayoría de ellos entre los 20 y los 40 años. Foto: aG

Más de 2.500 personas con problemas de drogodependencia y adicciones han pasado por la comunidad terapéutica ‘Cortijo Buenos Aires’ desde su creación en 1990. Situada en el Fargue, en su momento, fue el segundo recurso de atención a las drogodependencias y adicciones abierto por Junta de Andalucía en el conjunto de la comunidad autónoma.

Para celebrar su 25 aniversario los responsables del centro, junto a los usuarios que en la actualidad se benefician de este recurso público, han diseñado un completo calendario de actividades a desarrollar también junto a ex usuarios que han logrado “normalizar sus vidas encontrando un nuevo rumbo para ellas”, tal y como seña Amelia Matute, directora de esta comunidad terapéutica.

“Las adiciones son un problema fundamentalmente de salud, en el sentido más amplio del término, pero también con hondas repercusiones familiares, sociales y, en una mayoría de casos, también judiciales”, ha destacado el delegado de Igualdad, Salud y Políticas Sociales de la Junta de Andalucía en la provincia de Granada, Higinio Almagro, quien ha alabado la importante labor que llevan a cabo los trabajadores de este dispositivo “ofreciendo una atención profesionalizada, de calidad y también de calidez a aquellas personas que han dado un paso adelante para dejar atrás sus problemas de adicción”.

Las instalaciones del Cortijo Buenos Aires además de disponer de un terreno agrícola, cuenta con una pequeña granja, jardines, zonas ajardinadas y deportivas de cuyo mantenimiento se encargan los propios usuarios, como parte del programa de tratamiento que desarrollan durante su estancia.

Este cortijo, que forma parte de la red de centros de la Junta de Andalucía, es una comunidad terapéutica donde se desarrollan tratamientos intensivos, dado que los pacientes viven allí, “lo que facilita la abstinencia a las distintas sustancias durante un tiempo prolongado, requisito prioritario y fundamental para avanzar en el proceso de recuperación”, señala Matute.

Los usuarios de este centro, que dispone de 25 plazas para el programa de deshabituación y dos más para el programa de seguimiento, son hombres de todas las edades, situándose la mayoría de ellos entre los 20 y los 40 años. Atiende a población de toda Andalucía con algún tipo de adicción, siendo las drogas de consumo más frecuente: alcohol, cocaína, cannabis, heroína, psicoestimulantes y psicofármacos.

Así, el consumo de alcohol sigue creciendo entre la población como ha puesto de manifiesto la reciente encuesta estatal ‘Alcohol y drogas 2013-2014’, siendo ésta una de las sustancias que más presencia tiene entre la población atendida en este centro. Por el contrario, el consumo de cocaína y heroína entre los ciudadanos va disminuyendo de forma paulatina.

Este centro asistencial es una medida intermedia entre otras instituciones, de cara a una mejor reinserción social del usuario. “Todos los pacientes vienen derivados de otros recursos: centros de tratamiento ambulatorio, prisiones, centros de inserción social, asociaciones y desde aquí son derivados a otros recursos en función de sus circunstancias y necesidades, para continuar su proceso de cambio y recuperación”, señala Almagro.

Actividades

Desde la dirección del Cortijo Buenos Aires se pretende aprovechar este 25 aniversario para abrir las puertas del mismo. Así, “queremos que los usuarios se relacionen con la población de los municipios más cercanos y que utilicen sus recursos, tanto deportivos como lúdicos y culturales; pero también queremos que la ciudadanía conozca el centro a través de diversas jornadas de puertas abiertas; jornadas dirigidas a familiares de los usuarios y antiguos usuarios, visitas de responsables institucionales  y de servicios relacionados con el centro y también con miembros de asociaciones y clubs, como el de senderismo de Huétor Santillán, con los que se mantiene una muy buena relación”, apunta Matute.

Junto a las exposiciones programadas con los trabajos realizados por los usuarios, se va a desarrollar un proyecto denominado ‘Cambiando la mirada’ por el cual y a través de la venta de jabones artesanales se becará un proyecto solidario “para que otras personas que también necesiten ayuda puedan obtenerla gracias a nuestro trabajo”, tal y como manifiesta Raúl, uno de los 25 usuarios que en la actualidad está desarrollando el programa de deshabituación de drogodependencias.

El centro cuenta con un Aula de Educación de Adultos, a través de un convenio con la Consejería de Educación, que ofrece a los usuarios formación académica,  así como la posibilidad de obtener un título académico que le facilite el acceso al mercado laboral, así como a otros programas formativos.

Para Raúl, la comunidad terapéutica ha supuesto la diferencia entre sentirse hundido y “considerarme capacitado para construir una nueva vida que me de satisfacciones personales”. Para ello está desarrollando distintos talleres formativos que faciliten su inserción sociolaboral y “he aprendido a ofrecer mi sonrisa a los demás, a no buscar excusas y a luchar por mi vida”.

Programa

El tratamiento se plantea en distintas fases siendo la más larga e intensiva la primera, pero cuando se termina ésta, no se opta por un alta terapéutica o de cualquier otro tipo, sino que continúa con sucesivas etapas de estancia en el centro cada vez más cortas y más distanciadas en el tiempo.

El primer seguimiento al usuario que ha abandonado el recurso suele producirse al mes o dos meses de su marcha y el segundo a los tres o cuatro meses después de éste. Más tarde, a los seis meses, se lleva a cabo otro y así sucesivamente, acortando además el tiempo de estancia en la comunidad terapéutica y alargando el tiempo de estancia en su medio natural.

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Comentarios (1)

  1. Lepoldo dice:

    Hola soy Leopoldo González González y yo ya ace casi 20 años estuve allí y todavía tengo muchos recuerdos de esa época en ese precio cortijo , e de decir que fue la mejor experiencia de mi vida y me gustaría algún día si seguís allí pasar y dar una charla a todos los chicos que estén allí para animarlos desde entonces deje todo los vicios que tenía y me gustaría agradecer al centro todo lo que hicieron por mi gracias un saludo

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