viernes 26 abril
Magazín  |   | Luis F. Ruiz

Granada, la musa de Rosalía

La artista catalana conquista la Plaza de Toros con su ‘Motomami’ y el repaso al pasado y futuro inmediato de tu discografía, con un público entregado de principio a fin

La cantante catalana, Rosalía, durante su espectáculo este martes en la Plaza de Toros, dentro de la gira ‘Motomami World Tour’. Foto: Álex Cámara

Rosalía, sudor y lágrimas. La artista catalana ha encandilado al público de Granada este martes en el tercero de sus conciertos de la gira internacional ‘Motomami’, su último trabajo con el que ha logrado satisfacer los fervientes deseos de los miles de fans y espectadores que se han dado cita en el coso granadino.

Entregado de principio a fin, el público pudo escuchar los temas del último disco de Rosalía, pero también hizo un viaje al pasado y, sobre todo al futuro inmediato, con algunas composiciones que aún no han visto la luz en las plataformas digitales, pero que ella está regalando a modo de píldoras desde que comenzó su gira en Almería.

Pero ni la ciudad vecina ni la capital de Andalucía se llevaron a buen seguro los elogios que sí logró Granada, pues la artista, después de sus cuatro primeras canciones, reconoció estar “muy feliz” de actuar en el escenario granadino: “Que lo sepáis”.

“No hay muchas ciudades que me inspiren tanto como Granada”, dijo Rosalía entre la aclamación del público, al que explicó que entre sus recuerdos guarda con especial cariño el viaje de estudios que hizo hasta la ciudad nazarí, lo que demuestra, a su juicio, que en la escuela “tenían buen gusto”. Después paseó por la Alhambra y por el Sacromonte. Granada, aseguró, es la “musa”.

Antes de cuajar definitivamente su presencia en el escenario con palabras de mutua admiración, Rosalía apareció sin hacerse de rogar demasiado. A las 22.11 de la noche solo escuchó dos veces al público reclamar su presencia y lo hizo acompañada de un cuerpo de ocho bailarines que rellenaban los escasos recovecos a los que Rosalía no logra llegar en el escenario durante su actuación.

“Granada qué dices”, preguntó Rosalía en sus primeras palabras al público en la interpretación de ‘Saoko’. Solo 30 segundos en el escenario fueron suficientes para desatar la locura en el ruedo y en los tendidos, gradas y andanadas que han podido ver numerosas grandes faenas taurinas, pero pocas con la entrega y pasión que le puso la cantante en la noche de este martes.

‘Candy’, ‘Bizcochito’ y ‘La Fama’, tres de sus canciones más bailadas, fueron introduciendo poco a poco al público granadino al ritmo que fue marcando Rosalía, ataviada sobre botas azules y con un vestido blanco que empapó de su sudor, fruto de la entrega que puso en cada segundo sobre el escenario y víctima de las altas temperaturas que soporta estos días Granada.

Después de una introducción alocada, llegó el turno de coger la guitarra para interpretar ‘Dolerme’ y dar paso a los sentimientos más profundos, con el flamenco como protagonista con ‘De aquí no sales’ y ‘Bulerías’.

Sensaciones

El concierto de Rosalía es una montaña rusa de sensaciones, no deja lugar a relajarse, pues cuando parece que todo ha bajado, de repente sube. Ocurrió acto seguido con la interpretación de ‘Motomami’ para volver a bajar las revoluciones con ‘G3 N15’.

Donde el público quiso acompañar especialmente a la artista fue en ‘Hentai’, en la que también demostró sus conocimientos al piano después de cortarse las trenzas, cual torero que se retira de una Plaza de Toros; y de quitarse todo el maquillaje de la cara. Rosalía, en estado puro y al natural.

La artista catalana denota cercanía con sus fieles seguidores, como sucedió con ‘La Noche de Anoche’, donde bajó al foso para acompañarse de unos improvisados ‘coristas’ de otro de sus temas más aclamados. Quizás un buen premio para quienes, a buen seguro, pasaron la noche esperando obtener el mejor sitio para verla: la primera fila.

Hay quien en redes sociales ya ha dicho que el concierto de Rosalía se asemeja bastante a un videoclip. No le falta razón, a la actuación de la artista le acompaña una realización e iluminación propia de cualquiera de sus vídeos más vistos en Youtube o Tik Tok sobre un escenario. Lo que tampoco parece muy de recibo es pagar lo que se paga por verla para que en muchas de las canciones un cámara de televisión, con una ‘steady’ en sus brazos, cobre a veces más protagonismo que la propia cantante.

En el recital de la cantante no faltan tampoco otros temas como ‘Pienso en tu mirá’ o ‘Perdóname’, antes de hacer el repaso más rándom al abecedario, “con G de Graná” en lugar de guapa.

Viaje al pasado y al futuro

En ese punto el concierto de Rosalía entró en un viaje al pasado y al futuro, en el que llegaron temas como ‘La Combi Versace’ y una combinación de temas como un remix de ‘La Relación’, ‘Gasolina’, ‘Papi Chulo’, ‘TKN’ o ‘Yo x ti, tú x mi’ con el que el público ‘perreó’ creyendo que la velada sería infinita.

Después dio cabida a temas que están por llegar. Fue el caso de ‘Mambo’, con el que el público vibró y salseó, o ‘Dinero y Libertad’, algo más relajada que la anterior entre medias de ‘Aislamiento’.

‘Como un G’ volvió a hacer que Rosalía derrochara lágrimas en sus ojos, algo que pasó en varias ocasiones durante la noche, en la que el primer y único anuncio de que todo estaba terminando, “un hecho” en palabras de la cantante, llegó ‘Con Altura’, para poner punto y seguido antes de interpretar sus tres últimos temas.

De ‘primer plato’ ofreció ‘Chicken teriyaki’, un dulce aperitivo al que continuó ‘Sakura’, uno de los temas en el que más reluce su voz en su último trabajo. ‘Cuuuuuuuuute’ fue el colofón final a una noche en la que la artista ratificó un idilio que va para largo: el de Granada con Rosalía.

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