jueves 16 mayo
La Cínica Interviú  |   | Francisco Barajas

“La Cultura sirve para servir”

José Torrente (PP): “La abstención es una forma cómoda de decir no a todos, y sin participar con nadie”

“La Cultura sirve para servir”

José Torrente, en el Palacio de los Condes de Gabia. Foto: Álex Cámara

José Torrente, ciudadano político cullero de Cúllar, ex alcalde de allí y allá por medio de una moción de censura del rojerío necesario e iconoclasta, es el diputado provincial de Cultura del equipo de gobierno del PP en la Diputación de Granada. Un hombre político que es un conservador que nunca ha sido cromañón político, y ya que posee una cabeza sensata con un flequillo rebelde como ala de gaviota centralizada que no da vuelos nostálgicos al pasado que siempre fue peor por culpa de las rutas imperiales que nos separaban de Europa y por los imperios que nos llevaban a las temibles oligarquías del oligarca mayor de capa y espada que ha tenido este país (España). Superadas las intrahistorias para no dormir y lo de no ser libres por estos lares patrios, ahora José Torrente labora políticamente, para unos mejor y para otros peor, para que la cultura provincial sea lo más justa posible con toda la ciudadanía que desea aprender y con los creadores de cultura todos sin etiquetar, y porque la cultura siempre debe de ser libre y de progreso cultural. La cultura por sí misma es avanzar y no retroceder, y como ahora no existe ningún espadón que retrase la libertad y la cultura, ahora, ¡oh maravilloso!, a todos los políticos les gusta incluso Federico García Lorca, algo impensable no hace tantos años. Mejoramos culturalmente, aunque hay que mejorar económicamente para poder adquirir cultura. Señor Torrente, don José, ha sido un placer. Y hasta la próxima aventura entrevistadora mayestática más grande jamás contada periodísticamente.

Pregunta.- Ser culto no es lo mismo que ser cultureta, docente universitario, premio Nobel o ministro de Cultura… ¿Y para qué sirve la Cultura, quizá para aspirar a ser más libre la ciudadanía o más obedientes los votantes?

Respuesta.- La Cultura sirve para servir. Ayuda y comprime, encamina, ruge y apopa, alimenta, exhibe y enraíza. La libertad es lo que la envuelve.

P.- Los reyes godos todos tenían un oso, como después lo tuvo don Pelayo… ¿Y usted cree que Granada y su provincia son tan cultas y con tanta cultura que la malafollá es por ser tan culta y tan cultural, y valga la redundancia bellísima surgida espontáneamente de la vulgar cultura periodística?

R.- La malafollá es un alegato de la raza propia. Con ella nos declaramos eternamente granaínos. En Granada hay mucha cultura también sin malafollá.

P.- Usted es un político polivalente, creo yo modestamente, y por su buena disposición a ejercer políticamente en cualquier puesto político, y no escribo que usted no sea válido para esos puestos políticos… ¿Aspira usted a estar alguna vez sentado en el Parlamento Europeo, con ese sueldo tan escaso, y defendiendo los tomates de Almería, los boquerones y jureles del mar de Alborán y la malafollá monumental y turística de Granada, por ejemplo?

R.- Uno es aspirante a todo, siempre. Por propia motivación y por necesidad evidente de mejorar. Pero allá donde se tenga que defender lo nuestro que me esperen, que yo voy.

P.- Nunca perseguí la gloria… ¿Las Diputaciones Provinciales son como Reinos o Ínsulas de Barataria que no están gobernadas y administradas por ningún Sancho Panza?

R.- Las Diputaciones Provinciales son tan necesarias para los pueblos como el agua lo es para las plantas, como lo es la harina al pan, y el trigo a la harina. Somos la isla que acoge al náufrago, el árbol que le da sombra, somos el barco que navega entre ríos y aguas de mar.

P.- Le regalamos un cupón de tres euros para que pueda comprar colonia cara en una magnífica y gran superficie comercial con acento inglés, pero tiene usted que acertar en la pregunta… ¿Y quién ganará en las próximas elecciones municipales, el Madrid o el Barça?

R.- Esa colonia cara de tres euros me huele a chamusquina. Pero en todo caso, ni el Madrid ni el Barça se presentan a las elecciones; ambos son clubes de fútbol con pinta de sociedad anónima. Creo que lo más probable, es que la cosa se dilucide entre puños y rosas o gaviotas de libertad.

P.- Señor Torrente, dicen que don Quijote nunca aspiró a ser político en España y que por eso se metió a deshacer entuertos… ¿La abstención al votar es un arma cargada de futuro?

R.- La abstención es una forma cómoda de decir que no a todos, y sin participar con nadie. Pero, si deshacer entuertos es el motivo y mejorar los envites del gurrupán es el otro, habrá que participar al menos echando las cartas. Lo contrario sería gurruñar el tiempo, esperar a que escampara por sí solo. Yo no me veo en ese telar de ausencias, sin tejer mi parte…

P.- ¿Y la poesía y la prosa son dos cataratas inútiles de letras que caen de las macetas de geranios que riegan algunas abuelitas con primoroso candor anciano poco cultural?

R.- Cuando escribes poesía te birlas el sopor y la mentira a ti mismo. Poesía es como una vestimenta vieja que guardas en el armario, un refugio de olas y vientos domados que resuman brotes a diario. Poesía no es un compendio sobresaltado, es la cana de tu heroísmo. ¿Y la prosa?, eso es otra cosa. La prosa es definir las cosas con el aroma de las rosas. Y fotografiar la vida, melosa.

P.- Seamos sinceros porque el Averno nos vigila con ojo demoníaco… ¿La diferencia entre ideologías solo es casos de corrupción política o verdaderamente las ideologías sirven para algo en estos tiempos tan difíciles de políticos honrados?

R.- El pragmatismo vence cada vez más a la ideología. Si el mercado no lo valora, la ideología no tiene vida más que en el romántico relato. La ideología tiene, a veces, un inconveniente, incluso entre los más recalcitrantes ideólogos: es necesario comer y vestirse primero.

P.- ¿Ser un político circense es ser un hombre público que domina el arte de domar leones y votantes a la misma vez?

R.- Los políticos de malabares circenses están en desuso. Se les ve el plumero de los desnudos que van. La política tiene que volver a ser un acto de sinceridad y gallardía. Servir es lo primero. Y servirse es lo detestable.

P.- ¿Alguna vez se hartarán los políticos se hacer travesuras con eso de meter las manos en los cajones del pan de todos, las cosa públicas?

R.- Los cajones del pan público deben ser transparentes como el aire que baja de Sierra Nevada. El pan no se regala, se merece; y las manos que allí entren blancas deben salir, como la nieve. De lo contrario, Código Penal al canto y de frente.

P.- ¿Y Granada dejará de perder trenes en eso de hacer de ella una provincia como las de Sevilla o Málaga, por ejemplo?

R.- Nos empeñamos en compararnos con las dos grandes urbes metropolitanas de Andalucía y nos hacemos el haraquiri a conciencia. Yo no quiero lo peor para mi tierra, yo quiero trenes para Granada, todos los del progreso que quepan, sin duda, pero adaptados a nuestro tamaño. Que la fuerza de su anchura no pierda con la rémora de una locura.

P.- Pregunta final con final feliz… ¿Si el PP perdiese la Diputación de Granada, el año que viene en las municipales 2015, usted no se abriría las venas por ello ni se tiraría al monte como bandolero?

R.- ¿Cómo me voy a abrir las venas si es la democracia la que habla, a través de la voluntad popular? Intentaré trabajar para que esa circunstancia no se dé, pero mis venas solo se abrirán para donar sangre a quienes me la pidan.

 

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