miércoles 1 mayo
GRANADA CF - EIBAR  |   | Nacho Santana

La pasividad defensiva lastra la reacción

El Granada CF cae derrotado ante el Eibar por dos errores en un choque al que llegaron con tres días más de descanso que el rival

Momento en que De Blassis anota el el primer gol del Eibar. Foto: Carlos GIl

Seis días de preparación para un partido son casi una utopía en esta nueva normalidad balompédica. En esa situación llegó el Granada CF al encuentro frente el Eibar, un enfrentamiento para el que se podía esperar una reacción local que no terminó de producirse por dos fallos en defensa que costaron sendos goles. Ni el asueto ni el empate de Soldado fueron suficientes para sumar los tres puntos.

Comenzó con ímpetu el conjunto rojiblanco. Los locales buscaron la portería de Dimitrovic desde el inicio del partido y ya disfrutaban de un saque de esquina a los dos minutos. Poco después, en otro córner prolongado por Germán, pudo adelantar Puertas a los suyos con un balón al que no llegó por poco en el segundo palo.

Este inicio sorprendió al Eibar, más dubitativo en los primeros compases y casi sin tiempo para gestionar el partido que proponían los rojiblancos. Dos minutos se erigieron como claves entonces, marcando un antes y un después en el partido.

El primero de estos dos compases fue exactamente cuando habían transcurrido 600 segundos de encuentro. Víctor Díaz filtró por banda y encontró a Puertas en profundidad; el extremo levantó la cabeza, miró al área y puso el pase de la muerte a Machís, en el segundo palo. Sin embargo, un providencial Correa le ganó la partida al venezolano y despejó el esférico.

El segundo minuto, más fatídico para el Granada CF y que recuerda que no se puede fallar en Primera, fue el 15. Una falta de entendimiento entre Germán y Yangel Herrera permitió a Kike García comerle la tostada a los defensores y encontrar en banda a De Blassi, que pisó área y picó el balón para sortear la salida de Aarón y adelantar al Eibar.

Se repitió desde entonces la misma película que en partidos anteriores. Tras encajar cuando mejor estaban, los locales perdieron el pulso del partido y los armeros empezaron a monopolizar las llegadas. Pudo volver a ampliar la ventaja De Blassi en otra jugada blanda por parte de la defensa, pero Aarón solventó la papeleta.

Soldado cataliza la reacción

Por momentos, el centro del campo del Granada CF dio la impresión de ser un quiero y no puedo, algo que trató de solventar Diego Martínez tras el descanso. Pareció faltar un paso adelante que facilitase la llegada y lo buscó el técnico retirando a un Eteki desdibujado para dar entrada a Soldado.

Funcionó la apuesta del entrenador vigués. Dos minutos tardó el delantero en ganar un balón aéreo y dejárselo a Machís. El extremo avanzó y abrió para Puertas. En cuanto recibió el ‘10’ rojiblanco, el ariete amagó a Correa y buscó su espalda para encontrar el esférico en el segundo palo y batir a Dimitrovic de cabeza.

Reaccionó el Granada CF, ya fuese por la cabeza de Soldado o por la mano de Diego Martínez, acertado en la sustitución y a buen seguro también en la charla del descanso. Pudo verse mermada esta reacción por un posible penalti de Yangel Herrera, pero el VAR desestimó su existencia.

Sin embargo, el Eibar es un equipo asentado entre la élite por lo peleón que es, y quiso demostrarlo. En el minuto 68 encontró Orellana un balón en el costado del área y lo cruzó al punto de penalti. Se paseó el esférico entre Germán y Fede Vico, que optaron por mirar cómo Kike García lo recogía, se giraba y disparaba para batir a Aarón

Reincidió Germán en el mismo error que en el primer tanto. Le faltó decisión y confianza al central, características en las que quizás influyó la entrada de Aarón por Rui Silva. Si bien el guardameta encajó dos goles y la defensa erró más, cumplió con su papel bajo los palos en la medida de lo posible, aunque estuvo poco acertado con los pies.

Pese a varias idas y venidas en los minutos restantes, no se movió el marcador. La pasividad en la zaga volvió a salir cara. No se vio la reacción física esperada para un encuentro al que el Granada CF llegaba con el doble de descanso que sus rivales, aunque sí que se vio una reacción positiva del equipo al inicio de la segunda parte. 

Por desgracia para los rojiblancos, la blandura defensiva echó por tierra el intento de recuperación y terminó costando unos puntos que podrían haber supuesto la salvación matemática y la licencia para soñar en grande, si es que hay alguna forma de quitársela a la afición de un equipo que, pese a todo, sigue haciendo una temporada histórica.

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