Una familia de Ogíjares logra la dación en pago y el alquiler social de su vivienda
José Antonio Palomo y Loli Cruz recibieron el asesoramiento de Stop Desahucios para presentar un escrito con esta propuesta que el banco aceptó meses después
Gracias a Stop Desahucios esta familia ha conseguido firmar la dación en pago con condonación de deuda de su hipoteca y un alquiler social durante un año. Foto: AGR.
"Se volcó con nosotros gente de todo tipo: blancos, negros, árabes, con más cultura y con menos". Así recuerda Loli Cruz su proceso en el grupo Stop Desahucios del 15M de Granada, gracias al cual su familia ha conseguido firmar la dación en pago con condonación de deuda de su hipoteca y un alquiler social durante un año en esa misma vivienda.
Cruz, vendedora ambulante de 37 años, vive en Ogíjares con su marido José Antonio Palomo, autónomo de 41 años, y sus tres niños de 16, 12 y 5 años. En 2006 firmaron su hipoteca con el Banco Pastor, posteriormente absorbido por el Banco Popular. Pagaban alrededor de 700 euros al mes. Como a otras tantas familias, el huracán laboral de la crisis capitalista se los llevó por delante. En 2012 la empresa en la que Palomo llevaba trabajando cerca de 20 años se fue a pique adeudándole parte del salario. "Ya tuvimos que pedir dinero a la familia", recuerda Cruz.
Ella fue a hablar con el banco en el verano de 2013 para intentar al menos que quitaran la cláusula suelo de la hipoteca. "No conocía que se podía hacer", explica Cruz. El banco no lo hizo, pero amplió el préstamo en 4.000 euros, lo que no sirvió más que para poder pagar las deudas que ya habían contraído. Tras mucho insistir, el director de la sucursal les envió a hablar con los jefes provinciales del banco, reunión a la que acudió Palomo. "No dieron ninguna solución y mi marido perdió un día de trabajo, salió llorando", comenta.
En marzo de 2014 la familia recobró la esperanza. Cruz conoció "de casualidad a una muchacha de Stop Desahucios" y fue a su primera asamblea, en el Zaidín. "Me asesoraron y vi otras familias pasar por lo mismo, antes no sabía nada de lo que se podía hacer". Junto al grupo, presentó su escrito y el banco aceptó poco después la propuesta de dación y alquiler social, que se concretaría definitivamente pocos meses más tarde.
"Seguir participando va en la vergüenza de cada uno, tengo que ayudar igual que me ayudaron a mí, y también por egoísmo, por la satisfacción que te da ayudar a una familia. Soy una parte bastante activa del grupo, negocio, hago escritos, no me pierdo una asamblea", afirma esta vecina de Ogíjares.
