martes 30 abril
Opinión  |   |

¿Ha conversado usted con una persona gorda alguna vez?

Hoy es un día especial. Es el Día Mundial de la Obesidad. No a favor, como cuando se celebra el Día de los Abuelos o el Día del Medio Ambiente, sino en contra. Aunque esta columna está escrita por una persona obesa, no pienso negar que la Obesidad es una enfermedad que debe prevenirse, vigilarse y tratarse, pero nada más. Como la gingivitis, la alergia, los resfriados, el pie de atleta o el cáncer.

¿Por qué nadie en su sano juicio diría “Ugh, que asco este paciente oncológico” mientras que sí dicen sin reparo “¡Qué asquerosos los gordos!”? ¿Por qué nadie se preocupa de meterse en la piscina con alguien con pie de atleta, (una enfermedad infecciosa y contagiosa), pero sí les da reparo “y grima” compartirla con un obeso? ¿Por qué nadie decide dejar vacío el asiento en el bus junto a alguien con claros síntomas de alergia mientras sí lo hace de una persona con unos kilos de más?

La presión estética es tal que la gente obesa es tratada peor, de forma indiscriminada, sin justificación y recurrentemente únicamente porque su estado es visible y notable. Y si no te has dado cuenta de esta injusticia es porque quizá hasta tú estás participando en ella sin querer. Igual que vivimos en una sociedad machista sin darnos cuenta, también lo hacemos en una sociedad gordófoba.

La Gordofobia, además, no solo afecta a personas tremendamente obesas, es algo que está integrado en nuestro día a día y todas las personas están contagiadas. Cada vez que se publica en redes sociales “cena de gordos” por querer comerse una hamburguesa, cada vez que alguien dice “esta noche no ceno, que tengo que compensar”, escuchar “sácame delgado/a en la foto”, sentirse mal en vacaciones porque “se han cogido unos kilitos”, cuando hace falta ponerse en serio con “la operación bikini”, o incluso cuando alguien que quieres indica “estabas mejor con un par de kilos menos” son muestras de gordofobia, en mayor o menor medida.

¿Por qué? Porque todo eso no se hace en pro de la salud y el cuidado del cuerpo, tuyo o de con quien dialogas. Sino que se lucha meramente por la estética y las ganas de encajar en un canon imposible que marcan los estándares de belleza actuales. Ven tus kilos, pero no tus analíticas. No preguntan qué tal tu cuerpo, solo quieren verlo sufrir para encajar. Es una promoción constante, salvaje y muy directa indicando que estar gordo no solo está mal, sino que es feo y desagradable, y por tanto algo, y alguien, a quien rechazar de forma sistemática.

Por eso, un grupo de personas gordas y activistas antigordofobia han querido reseñar este día como el Día Mundial contra la Gordofobia. Si, sí, contra. No para celebrarla, apoyarla, interiorizarla y repetirla casi sin darnos cuenta. Que es algo que se lleva haciendo toda la vida de “Dior”.

Puedes ser supermodelo, puedes ser multimillonario, puedes tener los ojos más bonitos del mundo, un pelazo digno de El Puma o un pecho turgente e irresistible, que la descripción será siempre la misma: el gordito o la gordita. Tener kilos de más invalida todo lo demás. Es curioso porque cuantos más kilos tienes, más invisible eres, ya que solo se ve esa carne que sobra.

Y aquí es donde engancho con el titular del artículo, ¿Ha conversado usted con una persona gorda alguna vez? La elección de la palabra conversar no es baladí. Conversar implica el acto de hablar y escuchar. No vale solo lanzar proclamas vacías, mil veces repetidas y con mejor o peor intención y esperar que frente a usted haya una persona gorda escuchando, asintiendo y amargándose por no cumplir con sus expectativas.

Le aseguro que si hay algo de lo que los gordos estamos hartos es de no ser escuchados. Llegar al médico y que, te pase lo que te pase, el veredicto sea: “Adelgaza”. Intentar comprar una prenda que te gusta y como no das la talla: “Adelgaza”. Decirle a alguien que no ligas mucho: “Adelgaza”. Decir que estás cansado: “Adelgaza”. Y así cientos de veces. Sin tregua. ¿Pero usted sabe qué me está pasando en la vida y si puedo, o no, y quiero, o no, o soy capaz, o no, de adelgazar?

Mientras nosotros no paramos de oír consejos, recomendaciones, tips, ideas o incluso insultos, insistentemente, no solemos poder explicarnos y mostrar nuestras necesidades, carencias, dificultades o traumas. Así que tengo algunos consejos para el día de hoy:

1. Si te parece que alguien está gordo, cállate. A muy poca gente le interesa tu opinión y mucho menos aún si no te la han pedido.
2. Trata la obesidad como lo que es, una enfermedad con sus razones y consecuencias, no como un estigma que sufrir.
3. Escucha a los gordos. Seguro que puedes comprender mejor qué nos está pasando y, no te pido ya empatizar, sino al menos darte cuenta de que el mundo no es simplemente gordo o flaco, hay más cosas por medio.

Y si eres una persona gorda la que está leyendo esto: No estás solo/a. Eres válido/a. Eres sexy. Eres capaz. Eres interesante. Solo hay que atreverse a mirar más allá de tus kilos y quien lo haga encontrará mucho más que un estigma.

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Columnista
Gafas Amarillas

Periodista y Creador de Contenido

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