sábado 27 abril
Opinión  |   |

La condición estratégica del Ayuntamiento de Granada

El municipalismo, tal y como lo conocíamos, ha dejado atrás años convulsos por la crisis económica provocada por la especulación financiera. Un trance que ha dejado heridas y situaciones de riesgo financiero y que ha mermado la autonomía financiera municipal. La política del Gobierno de España, no obstante, ha operado reformas que han afectado al sector público local en particular, de tal manera que las medidas adoptadas en estos últimos años han permitido superar la coyuntura y la hacienda local ha mejorado en términos de comparación con otras Administraciones, sobre todo porque se ha reforzado la capacidad recaudatoria del IBI, que permite una mayor estabilidad de los ingresos en las arcas municipales, pudiéndose decir, con la debida prudencia, que el Ayuntamiento de Granada ha recuperado, en conjunto, la estabilidad presupuestaria, también por los motivos que finalmente diré.

Sin embargo, el esfuerzo inversor del municipio se ha reducido a la mínima expresión, su mayor esfuerzo se destina a amortizar deuda, lo que contrasta con tiempos anteriores en los que, en torno al 40% de la inversión pública la protagonizaba Ayuntamiento y Diputación Provincial. No hay que olvidar, en este contexto al Área Metropolitana de Granada, con la se comparten servicios públicos de especial relevancia, como el agua o el transporte público. En todo caso, la dimensión de la ciudad y su área metropolitana nos permite tener una idea de la necesidad de tenerla en cuenta, no solo en lo que se refiere a geografía y distribución poblacional, también, para encontrar un mejor equilibrio presupuestario y de eficiencia en la inversión pública municipal que disminuya la gran desigualdad social y económica que padece Granada y para asegurar la prestación de servicios básicos a la ciudadanía, con la finalidad de que se extinga la existencia de municipios de segunda categoría, frenando fenómenos de vaciamiento.

A razón de lo anterior y siendo imprescindible que no se puede perder relevancia en la gestión del gasto público municipal, hay que establecer unas bases ciertas y seguras que permitan afrontar el futuro con mayores garantías, atrayendo talento y desconcentrando la actividad empresarial. Se trata de viabilizar la institución municipal, desde la profundización democrática de la misma, dando respuestas a las importantes demandas sociales que a nivel local son necesarias para la mejora, en síntesis, de la calidad de vida, medioambiental, productiva y de los servicios municipales.

En este contexto, cobran un papel estratégico político de primer orden las políticas locales que, mediante la utilización y el empleo efectivo de los diversos recursos con los que cuentan los municipios (culturales, medioambientales, tecnológicos, técnicos, financieros, físicos y humanos), dirigiéndolos a satisfacer las demandas y necesidades de la población granadina.

El Ayuntamiento ocupa un espacio estratégico para dinamizar políticas de generación de empleo local de calidad a través de concursos y procedimientos públicos para compra de bienes, concesión de servicios y contratación de cualquier tipo de bien, cláusulas decisivas sociales, de género, ecológicas y de calidad en el empleo, así como valorar el domicilio fiscal y social de las empresas que participan en los mismos y sin descartar la remunicipalización de servicios municipales. La fiscalidad debe tener una función social, ecológica, de promoción de la igualdad de género y de redistribución del poder económico en Granada, sobre todo como fundamento del reequilibrio social entre barrios, impulsando la transformación del aparato económico en una herramienta que genere beneficios a las personas a través de la prestación de servicios municipales, lo que constituye un pilar básico y estratégico de la acción política y de poder municipal para más y mejor democracia.

A todo ello ha contribuido, sin duda, el pacto entre el PSOE y la confluencia Granada se Encuentra, que aglutina a Unidas Podemos y a un sector muy representativo de personas independientes granadinas, que han aportado ideas y planes, entre los que se encuentra el anillo verde, el encauzamiento del rio Darro y la reconversión de la Azucarera en un espacio de encuentro de cultura, arte y ocio, así como, la conexión ferroviaria. El citado pacto, aún sus inconvenientes han generado mayores niveles de eficiencia, de orden y de método presupuestario, haciendo más viable a la corporación local, a diferencia de aquellas famosas y nunca cumplidas 23 medidas acordadas entre PP y PSOE.

La cuestión que está por ver es si el actual gobierno municipal, en su composición actual, es capaz y tiene suficiente voluntad política para realizar el cambio profundo y de orientación que supone dicho acuerdo que ha permitido tener a la ciudad un presupuesto municipal equilibrado. El nivel de vigilancia sobre el cumplimiento del mismo se antoja exigente y muy alto. Lo iremos viendo.

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Columnista
Salvador Soler

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