martes 30 abril
Opinión  |   |

La trampa de empezar de cero

Durante estas fiestas ha corrido como la pólvora por Whatsapp, Twitter (me niego, y me negaré siempre, a llamarlo X), Tik Tok y demás redes sociales un texto que rezaba parecido a esto:

El 2023 acaba en domingo, así que 2024 comienza en lunes. El primer día, el mes, el año… Todo empieza desde cero.

Es la típica patochada que algún influencer pseudopoeta inventa sobre la marcha y la gente, además de acogerla como mantra, la comparte como si fuera una revelación. No sabía yo que empezar el año en lunes - y no en cualquier otro día - supusiera algún tipo de borrador mágico que haga que el contador de nuestra vida se ponga a cero y tengamos que ilusionarnos más en esta nueva etapa.

Y digo más, ¿Por qué alguien querría perder todo lo vivido y empezar de cero? Todo lo aprendido, todo lo sufrido o lo disfrutado, todo lo reflexionado o todas las locuras que nos definen. ¿Cómo comenzar una nueva fase sin incorporar todo ello y pretender que vaya mejor?

Hacer borrón y cuenta nueva es un dicho envenenado. Porque igual que sirve para “pasar página”, también sirve para infravalorar lo pasado. Puede que esté bien en algunos casos muy específicos, pero no es la panacea que mucha gente piensa. No podemos obviar que las nuevas etapas traen cambios, mejoras, evoluciones - si las buscamos, claro - y pensar en tener nuevas oportunidades nos hace seguir luchando por nuestro día a día. Pero pensar que todo es posible simplemente porque decidimos hacer oídos sordos al pasado es una teoría descabellada y delirante.

Voy a tirar de refranero y decir algo que, por manido, no deja de ser certero según mi sentimiento más racional: “en el término medio está la virtud”. No podemos estar siempre pensando que cualquier pasado fue mejor si no queremos convertirnos en unos retrógrados recalcitrantes, ni tampoco pensar en que de nada sirve el pasado y solo importa el futuro, porque nos iremos directamente al otro lado de la balanza, convirtiendo nuestro día a día en una serie de ensoñaciones irracionales.

Hay que valorar lo aprendido y vivido sin obsesionarse, y poner el foco en el mañana intentando tampoco idealizarlo al pensar que podremos construirlo sin superar complicaciones u obstáculos. Ya lo explicó claramente una mujer que podríamos definir como una filósofa contemporánea de los azucarillos del café, Karina.

Volver la vista atrás es bueno a veces, ¡uh!
Mirar hacia delante es vivir sin temor.

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Columnista
Gafas Amarillas

Periodista y Creador de Contenido

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