Luna creciente (24 de Marzo de 2014)
Dignidad: calidad de digno dentro de la gravedad del decoro al comportarse las personas. Argumentó Voltaire, filósofo francés que vivió cuando empezaban a tener una dignidad cierta los hombres libres, que como no vivimos mucho más de dos días, no vale la pena arrastrarnos ante los despreciables bribones. Entendiendo por bribones, yo que así lo entiendo, a los presuntos delincuentes que gobiernan y administran porque han sido elegidos en cualquier llamada a las urnas dentro de lo que se llama una democracia parlamentaria. ¿Hasta dónde se va a llegar en este país, España, con respecto a la no dignidad en los políticos que gobiernan y administran? ¿Qué se debe de hacer y cómo debe de comportarse la sociedad civil española para que los políticos tengan dignidad personal y política al gobernarnos y administrarnos? Más de dos mil políticos están imputados en todo el país, España, por presunta corrupción política. Legiones inmensas de políticos, con ideologías políticas, que son como una marea antidemocrática de bribones, trincones, pícaros, malandrines, botarates, maleantes, bellacos, burlones, canallas, tunantes y presuntos delincuentes, no podemos ni debemos olvidar las presunción de inocencia, que nos dirigen y protegen de otras legiones de antidemócratas con la misma significación que los políticos, pero que no son mandatarios institucionales porque están en la sociedad civil y en el ámbito de lo privado. ¿Es injusto o justo tener que manifestarse públicamente por las calles de nuestro país, España, para exigir pan, trabajo y techo? Sin embargo, no se escuchan las voces indignadas de los políticos exigiendo justicia para los que agravian a la sociedad civil cada día más pobre. La dignidad política, le toma el pelo a las urnas democráticas. Un político con dignidad ha muerto, fue el hombre que desmanteló el franquismo, un respeto y un recuerdo agradecido por los servicios prestados a la democracia, esa que ahora está desvirtuada.
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