martes 30 abril
Opinión  |   |

Prisas con la Navidad

Me ofrecieron el primer billete de lotería de Navidad el día 18 de agosto.
El 16 de septiembre me llegaron las primeras notas de prensa con ideas de escapadas para ver mercadillos en Europa y listados de regalos navideños.
Escuche el primer villancico del año el 11 de octubre (por culpa de Cher).
Empecé a comer turrón de chocolate, mi favorito, el día 20 de octubre.
Vi los primeros escaparates decorados de Navidad el día 31 del mismo mes.
Mariah Carey se descongeló, literalmente, el 1 de noviembre.
El 3 de noviembre vi el primer trend en tik tok con una canción de Navidad mientras una influencers ponía la casa llena de espumillón.
El día 8 se estrenó el anuncio de turrón Suchard (con su llorera correspondiente como buen anuncio navideño que se precie).
El día 9 llegó la noticia de que el Centro Comercial Nevada tiene el árbol de Navidad más alto de España (aunque le pese al alcalde de Vigo).
El día 10 de noviembre ya tenía decidido qué me pondré en Nochevieja. (Si mi mente, luego, encaja con mi cuerpo).
Al día siguiente, el 11, tuve el primer encuentro navideño entre amigos.
Hoy, día 13 de noviembre, se publica mi primera columna hablando sobre la Navidad.
¡Y aún queda más de un mes para que comiencen oficialmente las fiestas!

No ha pasado desapercibido para nadie que, desde hace unos años, el periodo navideño cada vez empieza antes y se vuelve más y más intenso. Se convierte así en una carrera de fondo en la que los mantecados, los villancicos y los compromisos son, a la vez, alegrías y marrones que afrontar. Y cuando antes había que coger carrera para tres semanas, ahora tenemos que tener fuerza para aguantar un sprint de casi tres meses.

Aunque hay mil maneras de enfrentarse a la Navidad, algunas más alegres, otras más sobrias, otras un poco tristes… No es de extrañar que, para los que ven en un periodo así momentos luminosos y festivos, se quiera vivir intensamente, y cuanto antes, en un mundo donde la incertidumbre y el pesar nos rodea incesantemente. Pero las prisas con la Navidad pueden también suponer un agotamiento innecesario ya que como dijo el “experto”, Doménico Cieri Estrada: “la prisa es una trampa del tiempo”.

No puedo dejar de preguntarme si toda esta anticipación y jolgorio se debe a la ilusión ‘per se’ que tenemos cuando llegan estas señaladas fechas o si se produce porque vivimos en un día a día tan agotador que lo único que nos consuela es pensar en los momentos felices y brillantes que vendrán…

¿Nos gusta realmente la Navidad o lo que nos gusta es pensar que el mañana será un poquito mejor y más entretenido? Creo que llenar el tiempo, la cabeza y el corazón con las luces brillantes que se acercan es una manera de alejar un poquito las sombras de nuestro ahora.

Publicidad
©Queda totalmente prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta noticia sin autorización expresa de la dirección de ahoraGranada
Columnista
Gafas Amarillas

Periodista y Creador de Contenido

Publicidad
DÍA A DÍA
Desarrollado por Neobrand
https://ahgr.es/?p=241431