sábado 18 mayo
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Relatos cortos sin recortar (Ciudadanos públicos singulares VIII) (6-2-2015)

Ciudadanos públicos singulares (VIII)

 

Oswaldo Ruiz Pellejo, senador electo progresista que llegó virgen, cuarentón sin canas e inmaculado al mundo fiero y despellejado de la política de quita y pon desde el orbe de la farándula, era un magnífico cupletista en cabaret de arrabal, ha sido diagnosticado de gravedad por padecer una enorme depresión psíquica. El senador Ruiz Pellejo, no quiere salir de la oscuridad del hemiciclo. Y se pasa los días tirado sobre las alfombras vistosas y caras de los pasillos patrios y territoriales del Senado. El senador Oswaldo Ruiz Pellejo, también se pasa las jornadas llorando porque no es capaz de ser un corrupto político. Los galenos alarmados, temen por su vida porque padece una enfermedad rara que consiste en que la sesera le crece sin descanso adentro de su cabeza ya muy cabezona.

 

Marina López Sobaco, señorita pianista soltera que toca con soltura las teclas en una pequeña y singular orquesta de jazz político, siente una pasión uterina extrema por los hombres religiosos que han abrazado la vida contemplativa. Y que están retirados en las cuevas ignotas de las montañas como eremitas que poseen sagrados votos de castidad, pobreza y silencio. Marina López Sobaco, ansiosa de amor carnal, realiza esporádicas expediciones a estas cuevas para conocer, en su estricto sentido bíblico, a estos santos varones que solo meditan, oran, se alimentan de insectos variados y glorifican a Dios. Ya lleva una ingente cantidad de copulaciones con eremitas, santones, ascetas y santos anacoretas. Unos hombres que ahora aseguran que se elevan mejor en sus meditaciones y en sus rezos. Y Marina López Sobaco, asegura que ella también toca mejor el piano.

 

Felipe González Condones, gañán mayor de las cuadras equinas de un gran político ya retirado de la vida pública porque no hubo cojones jurídicos de imputarle ningún delito de corrupción, se está cepillando, vulgo follando, a la esposa tan joven del político, ya setentón largo, en el mismísimo cortijo andaluz que el político retirado posee en una provincia de Andalucía. A la esposa del político, se le ha ido la cabeza con el gañán mayor. Y ya que es un hombre de unos treinta años con una virilidad aún más completa que los caballos cartujanos del político en el retiro dorado de los corruptos que no han sido condenados. Los gritos de la dama cuando copular con el gañán mayor, dicen que son mucho más altos que los relinchos de los équidos blancos cuando éstos copulan con las yeguas. Y el gañán mayor, ahora está mucho mejor remunerado económicamente.

 

Luisa Muñoz Bocasanta, diputada provincial de una provincia marítima que no es isla andaluza, realiza unas mamadas, felaciones a sus oponentes políticos, como si tocase la flauta dulce de un sátiro griego. No existe político de la Diputación provincial, que no haya sido, su pene, libado por los labios santos y progresistas de la boca de la diputada provincial Muñoz Bocasanta, doña Luisa. Los políticos conservadores, a veces en fila, son exprimidos por los mamazos extraordinarios que la política progresista les da de forma dadivosa y sin recibir nada a cambio. Aducen los conservadores, que ella tiene un motor por lengua. Que lame como una máquina. Y que sus labios son espesos, cálidos y con la succión potente de dos aspiradoras alemanas de última generación. Luisa Muñoz Bocasanta, según todos los políticos de la Diputación, es portentosa chupando penes.

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