martes 19 marzo
Opinión  |   |

Váyase señor Salvador

Hay quien no lo sabe, también quienes no lo recuerdan, pero hace ahora cuarenta años exactamente que un grupo armado vestido con uniformes de la Guardia Civil entró en el Congreso de los Diputados al grito de “quieto todo el mundo”, “todos al suelo”. Para quienes no lo sepan, o no lo recuerden, aquel 23 de febrero de 1981 se estaba atacando el centro neurálgico de la democracia. Las personas que interrumpían la sesión de investidura que se estaba celebrando para votar al candidato a la Presidencia del Gobierno, Leopoldo Calvo Sotelo, estaban pretendiendo usurpar la soberanía popular dando un golpe de Estado. Los disparos y las ráfagas de ametralladora no solamente permanecerán en nuestro recuerdo sonoro, sino que son visibles también en el techo del Congreso de los Diputados para que nadie lo olvide.

En aquellos tiempos, como dice Sabina, “no existía ni Facebook ni Twiter ni la p.. que los parió”, solo estaba la radio que nos permitía tener un testimonio sonoro. Los primeros momentos fueron de incertidumbre hasta que con certeza absoluta se comprobó que habían asaltado el Congreso de los Diputados. Recuerdo aquella sensación al escuchar las sirenas de la policía que se acercaban a la sede del Comité Central del PCA en la calle Teodosio; como subían aceleradamente las escaleras del edificio mientras que algunos guardias se quedaban custodiando la puerta, y el alivio por la tranquilidad que nos transmitían cuando, la persona que estaba al mando de la unidad nos comunicaba que venían a proteger el “edificio y a quienes allí estaban”. En aquel momento tenia la impresión de que, aunque la situación era grave, la democracia tenía también sus defensores.

Desde entonces hasta ahora, afortunadamente, la situación ha cambiado enormemente, aunque desde una perspectiva progresista sea indispensable mantener la idea de profundizar en derechos y libertades.

Como dice Tamas Boros (codirector y responsable de estrategia de “Soluciones Políticas” en FEPS): “El reto de los progresistas (…) es identificar las cuestiones que son importantes para la sociedad y que encuentran eco en el publico”. Y en este sentido, la socialdemocracia ha de seguir la senda de las grandes transformaciones que ha venido realizando en el mundo en otras épocas, más si cabe en estos momentos por los problemas que estamos viviendo, por la situación que atravesamos desde hace un año. Lo que la mayoría de la población quiere, es decir tener un trabajo digno y que no sea precario; llegar a final de mes; una educación pública de calidad; la no discriminación por cualquier tipo de causa; acabar con las listas de espera sanitarias; la rapidez y eficacia en la justicia; atacar el problema de soledad al que se enfrentan nuestros mayores; garantizar la no discriminación, sea por la causa que sea; acabar desequilibrios por no tener recursos económicos... Y además, también desde la socialdemocracia, ofrecer soluciones a los nuevos retos que la crisis sanitaria y sus derivadas sociales y económicas, nos ha puesto en el camino: rescatar a los pequeños negocios, a las personas que viven del sector turístico y cultural, a los autónomos.

A solucionar esos efectos tan negativos también pueden (o deben) colaborar en su ámbito competencial los ayuntamientos. Desde el primer momento, el Grupo Socialista puso encima de la mesa propuestas y alternativas para que el bipartito en el Ayuntamiento adoptase medidas de apoyo a esos sectores, no solo porque entendemos que nuestra obligación es aportar y ofrecer soluciones, sino porque estamos convencidos de que la ciudadanía, lo que espera de sus representantes es diálogo y compromiso.

Desgraciadamente nuestro Ayuntamiento es ejemplo de todo lo contrario. Puede que sea por falta de cohesión, por escasez de ideas o por falta de liderazgo en el gobierno de la ciudad, pero lo cierto es que cada vez hay más voces y opiniones que afirman con contundencia que con Luis Salvador, Granada pierde.

Nada más llegar de forma infructuosa a la Alcaldía, suspendió la continuidad en Granada del World Padel Tour, que estaba prácticamente comprometido ya por las gestiones del anterior Gobierno del PSOE con Paco Cuenca; pocos meses después, y tras una errática posición, desistió formalmente de unos nueve millones de euros para formación y el empleo. El festival de Iberseries, finalmente tampoco vendrá a Granada ante la incapacidad del alcalde de conseguir ni un solo convenio en año y medio. Aún a día de hoy, el Ayuntamiento de Granada es de los pocos municipios importantes de España, que no ha preparado ni presentado proyectos para los fondos Next Generation. Son sólo algunos de los ejemplos de una gestión claramente negativa, incluso contraria para Granada.

Son muchos los rumores que afirman que el señor Salvador tiene puesto su punto de mira en “otras cosas”.

Las reglas de la democracia, aún de forma sorpresiva y forzada, pusieron a Luis Salvador presidiendo el Ayuntamiento de esta capital. Pero si algún cariño aún le tiene a esta ciudad, lo mejor sería acelerar su “tránsito” al lugar en el que tiene puestos sus ojos: Váyase ya Sr. Salvador.

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Columnista
José María Corpas

Concejal del Grupo Municipal Socialista y Secretario de Política Municipal del PSOE de Granada capital

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