Congelados en el pundonor
El Granada CF cae derrotado ante Osasuna, en un choque que ambos equipos afrontaron desde el respeto mutuo y con escasas oportunidades de gol · Triple empate en el liderato entre ambos y con el Málaga como tercer invitado
El Granada CF ha sumado este domingo la cuarta derrota de la temporada en un partido que puede calificarse como el del miedo o el respeto, el que ambos equipos se mostraron durante casi todo el choque, sin apenas hacerse daño mutuo y con escasas ocasiones de gol.
De hecho los dos equipos se centraron mucho más en no perder el sitio y mirarse con mucho respeto y aprovechar jugadas aisladas, balones parados o rechaces para tratar de inquietar la portería contraria, como así sucedió en la jugada que decidió el choque.
Fue Rubén el autor del único tanto de un rácano partido en vistosidad después de aprovechar un mal despeje de José Antonio González, a quien Diego Martínez dio los galones para sustituir a Montoro, San Emeterio y a Nico Aguirre, que aun estando en la convocatoria había sufrido también molestias esta semana.
El técnico desveló a posteriori por qué había sido una semana complicada, la más compleja desde que es entrenador, pues tuvo que emplear un centro del campo contra pronóstico y que nada tenía que ver con el habitual en el que el valenciano y el cántabro suelen dar solvencia en la medular.
El gol de Rubén llegó a falta de doce minutos, sin tiempo casi para que el Granada CF tratara de desatascar un partido que previamente había contado con pocas oportunidades.
En el caso de los rojiblancos sólo se pueden anotar dos en 75 minutos. Una en el minuto 32 después de un gran balón en largo de González a Adrián Ramos, quien corrió hasta casi el vértice del área pequeña, pero que se quedó sin ángulo para definir con su pierna izquierda, mandando el balón a la red.
La segunda gran ocasión la tuvo Alberto Martín en la segunda parte, después de que al poco del paso por vestuarios el extremeño cogiera un buen balón en el rechace de un córner que por muy poco no pudo colocar en el fondo de la red.
Osasuna también las vio venir e hizo trabajar también a Rui Silva en hasta dos ocasiones. La más clara fue un intento fallido desde lejos de Juan Villar, que trató de sorprender al portugués aunque su estirada de brazo impidió la vaselina desde casi el centro del campo.
La otra gran oportunidad, que en realidad fue la primera, se dio a los ocho minutos de partido con un disparo de Roberto Torres en la frontal que el guardameta granadinista logró atajar por abajo.
El caso es que ambos equipos hicieron una lectura propia del tacticismo y delas alturas de temporada en las que estamos, con el comienzo de la segunda vuelta.
Lo mejor es que el Granada CF no pierde su identidad ni la vergüenza, porque hay formas y formas de perder, y esta aun sin ser la que más simpatías despierte tampoco es la más desastrosa. El liderato sigue en manos de los de Diego Martínez.
Es una manera muy peuñisr de analizar el ridiculo de hoy. Sólo hubo u equipo Osasuna y un temeroso endeble Granada, incapaz de dar dos pases seguidos. Salio a empatar como hace muchos partidos, asustados.