“La ayuda que prestas no solo cambia la vida del menor, también la tuya”
Aldaima presenta una nueva campaña para potenciar el acogimiento familiar de niños que necesitan un hogar
En el centro, el delegado de Igualdad, Salud y Políticas Sociales de la Junta, Higinio Almagro, la representante de Aldaima, Karima El Harchi, y la madre de acogida, Isabel Ramiro. Foto: N.S.L.
“Soy madre de un niño de acogida desde hace más de cinco años. Una experiencia muy positiva, con la que prestas tu ayuda diaria a una persona a la que cambiarás su vida, y que, por ende, cambiará también la tuya. En mi caso, el menor que tengo acogido tiene una discapacidad y por mi formación, tengo una serie de recursos a través de los que poder atenderlo. En mi trabajo me he encontrado con niños en su misma situación y, a veces, me he dicho ojalá pudiese llevarlo conmigo. Ahora lo tengo en casa y, por supuesto, no se trata de ningún trabajo, es mi hijo. No hay razón para no hacerlo y muchas para sí llevarlo a cabo”. Así cuenta Isabel Ramiro, granadina y personal sanitario, su experiencia como acogedora profesional de un niño con necesidades especiales.
Ella forma parte de las 200 familias que, en la actualidad, acogen a 400 menores en toda la provincia. De este modo, la Asociación Andaluza de Apoyo a la Infancia, Aldaima, ha puesto en marcha una campaña de captación para familias acogedoras durante este 2014, cuyo principal objetivo, según su representante Karima El Harchi, no es otro que la captación de gente que esté dispuesta atender a los menores que no tienen posibilidades. “Necesitamos conseguir familias capaces de dar acogimiento permanente a menores de siete años en adelante. En estos momentos, hay 17 niños en toda la provincia de Granada, que esperan un hogar de acogida. Entre ellos hay grupos de hermanos que no queremos separar, niños con discapacidades y mayores de 13 años. Pretendemos potenciar el acogimiento permanente profesionalizado y mantener el dispositivo de familias acogedoras de urgencia”, ha explicado El Harchi al tiempo que ha insistido en que la campaña ya ha dado comienzo y estarán presentes en stands, mesas informativas y charlas en centros comerciales, centros cívicos y culturales, “con la intención de llegar a la gente”.
“Hay una pieza clave a la hora de hacer cultura de acogimiento familiar y son las propias familias acogedoras, ya que el 40% de las personas que se acercan a la asociación a preguntar lo hacen porque conocen a un acogedor”, ha precisado la portavoz de Aldaima.
Por su parte, el delegado de Igualdad, Salud y Políticas Sociales de la Junta de Andalucía, Higinio Almagro, ha hecho hincapié en que el acogimiento familiar es la medida de protección hacia los menores “más útil, eficaz y adecuada”. “Es la mejor alternativa porque ofrece un entorno familiar normalizado, más favorable para su crecimiento y desarrollo. Brinda estabilidad, seguridad y calidez durante el tiempo que permanecen en estas familias. La normativa estatal y autonómica obliga a que, una vez que se asume por parte de la Junta la tutela de un menor, se agoten las posibilidades para intentar la reintegración del menor en su familia biológica pero, cuando eso no es posible, optamos por el acogimiento familiar y, en última estancia, el ingreso de los menores en alguno de los centros de protección que existen en la provincia”, ha señalado Almagro mientras subrayaba hay otros 300 niños en centros de protección.
El perfil de la familia acogedora en la provincia es el de familias con hijos biológicos que conviven con los acogidos y ayudan en el acogimiento, un nivel educativo medio y alto, mayores de 32 años y que residen en Granada y Área Metropolitana. En base a esto, existen diferentes modalidades de acogimiento entre las que se encuentran el simple -carácter transitorio, el menor convive con familia mientras se estudia su caso, el máximo de tiempo es de dos años; acogimiento simple con familia de urgencia, con una duración de entre seis y nueve meses; acogimiento permanente, se integra el menor en la familia de forma estable y duradera y puede extenderse hasta la mayoría de edad; y el acogimiento profesionalizado que requiere que los acogedores tengan formación adecuada para poder asumir la presencia de un menores con necesidades especiales
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