Dimisiones políticas
Estamos consternados. Sin aliento. Estamos apenados. Acongojados. Helados como un negro carbón que ha ardido con una combustión onerosa porque varios políticos se han quedado sin su empleo electo y público. Estamos tristes. Y casi cabreados con la puta democracia interna de los partidos políticos que hacen que dimitan los políticos electos que son presuntamente corruptos y los que son corruptos demostrados por la bendita y maravillosa Justicia que se empeña, ¿a dónde vamos a llegar?, que todos seamos iguales ante ella. Esto de ser iguales ante la Justicia, seguro, no es más que una barbaridad jodida y cabronesca. Seguro. Oiga: ¿Ha tenido que llegar la amenaza política real de la formación política Podemos para que empiecen a dimitir los políticos del bipartidismo que son presuntamente corruptos y los que son corruptos demostrados por la Justicia? Estos jueces independientes y estos fiscales lo mismo de independientes, benditos sean por siempre alabados, son una auténtica jodienda con sus excelentes y maravillosas actuaciones profesionales encaminadas a que todos seamos iguales ante la Justicia. Y los voy a felicitar, a los jueces y fascales y también a los ciudadanos pobres. Y a los ricos, eso, que les den… No merecen ser felicitados. Y felicidades a Francisco, él si que es un Papa chachi piruli, y no ese Vaticano poblado de cardenales orondos y riquísimos.
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