jueves 9 mayo
Opinión  |   |

Luna Creciente

Pactar en Granada es como mear para arriba y no mojarse uno mismo, algo imposible si no meas tapado por un paraguas. Y porque los dos partidos políticos del bipartidismo cósmico granadí, siempre están a la gresca en vez de pactar una hermosa paz para sacar a Granada del hoyo en el que lleva metida desde los tiempos otrora de los ínclitos Reyes Católicos, doña Isabel I y don Fernando V. El ‘Pacto por Granada’, una entelequia político-amistosa entre PSOE y PP o un nido de cucos, es algo que no funciona porque ambos partidos no desean que nunca funcione. El bipartidismo se puede definir como las dos caras de una misma moneda política: la derecha de siempre y la algo menos derecha de toda la vida. Más claro, como el PP derechón y el PSOE derechable sin llegar a derechón. Sebastián Pérez, mandamás del PP de Granada, entristecido va por el pacto que hace más aguas que un océano muerto. Y Teresa Jiménez, mandamás del PSOE de Granada, por ahora, no dice ni mutis por el foro. ¿Y para qué pactar el bipartidismo por Granada? Para nada. No hace falta pactar. Granada va como la seda oriental. Marcha por las rutas insospechadas del bienestar. Camina por las veredas del pleno empleo. Y discurre por las trochas de tener ejecutadas sus necesidades en infraestructuras y demás menudencias que necesita una provincia de esas que son punteras a nivel europeo. ¿Pactar por Granada? Que tontería más enorme o que gilipollez de grado supino. A Granada no le hace falta nada. Granada está cubierta de todo lo que a otras provincias les falta. Por tener, tenemos hasta malafollá. Y lo único que quizá nos falte, sería enajenar la Alhambra por exceso de superior renta per capita.

Publicidad

Comentarios

©Queda totalmente prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta noticia sin autorización expresa de la dirección de ahoraGranada
Publicidad
DÍA A DÍA
Desarrollado por Neobrand
https://ahgr.es/?p=1137