Luna creciente (Emborráchodromo) (23-6-2015)
Emborráchodromo
Primero la promesa electoral fue, en forma de promesa electoral, que se crearía dos nuevos espacios de esparcimiento juvenil. Dos cosas parecidas, se supone, al ya existente botellódromo. Y para que el personal joven trinque aún más borracheras inconmensurables y apocalípticas en los fines de semana y fiestas santas o laicas a guardar. Y muy variadas y continuas. A los jóvenes no se le dan alternativas para que no beban. El concejal comunistas Puentedura, don Francisco de IU, asegura que con menos de cien mil euros anuales poco puede funcionar el “Plan Joven”. Ahora el PP, quizá aconsejado por Ciudadanos, argumenta que se va a crear una comisión que estudie el futuro del botellódromo existente, ese que cuesta dos millones de euros públicos al año. Siempre he tenido la duda, siempre la tendré, de que fue primero: ¿la gallina o el huevo? ¿Qué es primero darle alternativas de ocio a los jóvenes o darles botellódromos para que se animalicen y se barbaricen con el alcohol? Hace muchos años, tuvimos una concejala de altura intelectual y de trabajo bien realizado municipal, aunque siempre en la noble y leal oposición, y cuyo nombre añorado es Lola Ruiz de IU. Y que dijo que las leyes no solucionaban el problema del alcohol en los jóvenes. Es absolutamente increíble que a estas alturas temporales del mundo mundial, cierto es, nadie le dé al alcohol el nombre por el que se le debe de conocer: droga dura. Y que el consumismo capitalista haga del alcohol una evasión para personas que está institucionalizada porque es un negocio que paga impuestos y crea puestos de trabajo. Y no es España la nación en la que más se bebe, hay otros países europeos que se llevan el galardón. En mis tiempos, nos íbamos bajo techado amigo, y allí montábamos la del Maligno en la tierra. Y sin coger un “pedo” mayestático que nos impidiera echar un doble polvo sublime.
