Luna Creciente, jueves 6 de marzo
¡Que arte! ¡Señor! ¡Menudo arte! Es tan explosivo como los cohetes nucleares. Y me refiero al arte político que tiene la notable concejala del grupo municipal de UPyD en el Ayuntamiento de Granada, doña Mayte Olalla. ¡Que arte! Es un arte sublime. Inmenso. Sin paliativos. Espectacular. Cósmico. Brujo. Gigante. Mayestático. Ilimitado. Un arte político sin desanimo. Posee, seguro, cuasi el arte político de los ilusionistas políticos o el de los políticos magos merlines que hacen maravillas, maravillujas en este caso, en el mundo mágico y taumaturgo de la política municipal. Es más simpática la concejala de UPyD, cierto, que casi todos los demás concejales, ellas y ellos, de la Casa Bailía (el ayuntamiento para los distraídos). Aduce la dama de UPyD, que su partido político va a sacar tantos concejales, ellas y ellos, como el PP va a perder. O sea, unos seis o siete concejales, ellas y ellos. Y con lo que ha expresado doña Mayte Olalla, a poco que el PSOE también baje de número de concejales, ellas y ellos, sería UPyD el que tendría la llave y la cerradura del futuro gobierno municipal. Y ya que augura para IU, visionaria la concejala Olalla, una subida bastante moderada. Doña Mayte Olalla, concejala de UPyD, es salerosa en demasía. Y vive con intensidad sus palabras políticas. La ilusión política es, como todas las demás cosas del mundanal ruidoso y canalla, lo último que se debe de perder. Como existe una gran desilusión ciudadana en los políticos de este país (España), incluso en los que no son delincuentes, verdad debería de ser que ganen las elecciones aquellos partidos políticos que no tienen chorizos que se llevan los dineros públicos, y sin que los metan, a los chorizos, en la ergástula sin dilación ni privilegios.
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