Relatos cortos sin recortar (Ciudadanos públicos singulares III) (191-2015)
Ciudadanos públicos singulares (III)
El cura Bocasno, Jacinto Bocasno Rodríguez, párroco de un pintoresco y serrano pueblo andaluz, tiene la habilidad innata y rara de copular en un trapecio que tiene instalado en una habitación adjunta a la parte trasera de la sacristía de su parroquia. Allí los pecados contra el quinto mandamiento son famosos porque las damas al mecerse ensartadas por el extraordinario pene del cura, experimentan orgasmos divinos. Y dando éstas, según cuanta el sacristán y algunos monaguillos, unos gritos de placer que el párroco cree que solo los escucha él y su Ángel de la Guarda. El cura Bocasno, tiene un pene tan enorme como el astil de una gigantesca espiocha. Y con el que hace las delicias de beatas y de jóvenes pecadoras que recluta en el confesionario. Y es capaz de copular todo un día sin descanso. Jacinto Bocasno Rodríguez, ya en el Seminario era famoso por tener su pene línea directa con el Espíritu Santo. Una polla tocada por la gracia divina y larga y gruesa como un tren de mercancías. Y en el Seminario, se cepillaba a un profesor de Teología. A Jacinto Bocasno Rodríguez, lo llaman “Colmillo torvo” las malas lenguas sabrán el porqué.
A Magdalena Tiralíneas y Martínez del Carro, agraciada y bellísima joven doctorada en Ciencias Ambientales por la Universidad Autónoma de Pinillos del Monte, en demasía le encanta copular bajos las ramas frondosas de los árboles altos de los antiguos bosques intrincados y sobre las copiosas hierbas verdes y altivas de las jóvenes praderas salvajes de los valles innotos. La doctora Tiralíneas, tan guarra como una pantera que es una bella furcia, también gusta chupar penes hasta que los amantes pierden la conciencia de placer. Y ella, después, se traga con glotonería el semen. Esta científica de primer orden nacional, está realizando un profundo estudio concienzudo y técnico, auspiciado por el Departamento de Biología Vegetal de la ilustre Universidad Autónoma de Pinillos del Monte, sobre como sobrevivir a diario en los bosques y prados solo alimentándose de semen humano. Y una vez investigado con resultados satisfactorios, se pretende aplicar a los campesinos desempleados porque no se trabajan los campos con labores agrícolas. A Magdalena Tiralíneas y Martínez del Carro la llaman “Garras escurridizas”, las bocas viperinas sabrán el porqué.
