Relatos cortos sin recortar (Políticos ricos y ciudadanos pobres) (30-6-2014)
Políticos ricos y ciudadanos pobres
Nos morimos de hambre. Estamos hambrientos. Formamos parte de los millones de desempleados del país. Somos una familia que está ya tan desnutrida, que no podemos caminar con la soltura de un matrimonio joven. Mi Maruja tiene cumplidos los 28 años y yo voy a cumplir los 33 tacos de almanaque. Llevamos casados una década y tenemos dos hijos de nueve y siete años de edad. Nadie nos atiende. Una Ong caritativa, de vez en cuando, nos da alimentos de primera necesidad. También el Banco de Alimentos. E igualmente Cáritas, y porque es la parte buena de la Iglesia Católica. Las tan notables y variadas Administraciones Públicas, miran para otro lado con asco porque somos muy pobres en el Estado Social de Derecho, ese que antes lo llamaban Estado del Bienestar. Y hemos decidido raptar a unos tres o cuatro políticos, esos tíos gordos por todo lo que comen sin trabajar y con sueldos mensuales altísimos, y con los que vamos a cocinar los estofados de carne de político con patatas para no morir de inanición. Los políticos son unos presuntos hijos de mamá ligera de entrepierna, son tan corruptos y numerosos, que comiéndonos varios no merma escandalosamente su número y no son echados en falta.
Aquel político y su señora, siempre a la última en ropajes y joyas, se tapaban la nariz con sus manos de príncipes plebeyos cuando se topaban con un pobre que pedía en la acera de su lustrosa y bien cuidad ciudad. Pero un día un pobre ya con la razón perdida por la escasez de alimentos en su estómago tan plebeyo como el del político y su señora enjoyada, se levantó de su postración en la acera y de su vergüenza por tener que pedir limosna, el pobre siempre fue un albañil trabajador y honrado, y allí mismo los asesinó a mordiscos. Ni que decir tiene que el pobre ha sido condenado a 60 años de prisión, no se le puede condenar a más años, y al político y su señora modelo de alta costura se los ha loado por su terrible muerte a manos de un pobre caníbal con la razón perdida por la falta de una alimentación adecuada. El político príncipe y su señora princesa, del partido progresista y cristiano, han sido enterrados con todos los honores máximos en el sin par, por glorioso, bellísimo y aristocrático, Panteón de Mujeres y Hombres Ilustres de la noble y leal ciudad de los culos parlantes que jamás se han puesto al lado de los pobres. Se ha decretado un mes de luto oficial porque el político y su esposa eran muy queridos.
Un pobre se abre las venas frente al edificio de una administración pública importante, como protesta formal por su hambre y escasez, y las asistencias sanitarias que llegaron a socorrerlo encuentran en ellas petróleo en vez de sangre. El pobre ha sido rematado en aras de la investigación científica médica. Y porque hasta ahora no se había encontrado petróleo en las venas de los pobres. Algunos pobres tenían en sus venas hambre, pero nunca petróleo. Y en la autopsia, también se ha encontrado gas natural en el estómago del pobre, y ya que en vida debería tirarse pedos con olor a butano en vez de con tufillo a chorizo, legumbres, pescado, frutas y verduras. Este avance científico encontrado por casualidad, abre unas expectativas maravillosas de inversión de capitales de una forma extraordinaria. Y porque los pobres solemnes podrían ser sacrificados para encontrar petróleo y gases naturales en sus horribles cuerpos desnutridos. Una nueva compañía industrial, aseguran las lenguas de doble filo que sustentada económicamente con las dietas y emolumentos de los políticos europeos, se ha formado con forma de Sicav. Aunque nadie conoce ciertamente de su nueva existencia. Y que no podrá ser detectada porque ningún político dimite por ética o porque sea pillado chupando del bote dinerario en un paraíso fiscal activo en la vieja y putona Europa. Los pobres han tenido que exilarse, son carne humana de científicos que investigan para avance de la humanidad.
