viernes 26 abril
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Tras los pasos de Francisco Ayala

Cinco años después de su muerte, la vida y obra siguen permanentes en la ciudad que lo vio nacer · Estos son los lugares emblemáticos de Granada donde vivió parte de sus 103 años como creador de la Generación del 27

La placa que recuerda el nacimiento de Ayala en la calle San Agustín. Foto: Fundación Francisco Ayala

La placa que recuerda el nacimiento de Ayala en la calle San Agustín. Foto: Fundación Francisco Ayala

Cuando a la 01.10 horas de la madrugada de aquel 16 de marzo de 1906 se escuchó el llanto de un bebé salir del segundo piso del número 8 de la calle San Agustín de Granada, probablemente su madre y su padre no eran capaces de augurar que ese niño viviría 103 años y que sería uno de los hombres claves en la Generación del 27, testigo de los cambios más importantes de la historia contemporánea del mundo. Dos guerras mundiales, una república en España junto a una guerra civil, una dictadura o una democracia, entre innumerables cambios evolutivos en todos los rangos de la sociedad.

Francisco Ayala García-Duarte pronunció sus últimas palabras un 2 de julio de 2009, unos meses antes de morir. La cita con el destino final era una de sus últimas obsesiones, pues llegó a decir "he hecho lo que tenía que hacer y se acabó". Y tanto que se acabó. El literato se apagó para siempre el 3 de noviembre de ese mismo año, de cuya efeméride se cumplen este lunes cinco años en los que sus cenizas reposan en la fundación en la que aún puede vivirse, consultarse y aprender de su legado.

La Iglesia de San Justo y Pastor fue el lugar elegido por la familia para el bautizo pese a que le correspondía la iglesia del Sagrario. Foto: Alberto Franco

La Iglesia de San Justo y Pastor fue el lugar elegido por la familia para el bautizo pese a que le correspondía la iglesia del Sagrario. Foto: Alberto Franco

A través de la Fundación Francisco Ayala y su página web puede consultarse no solo su obra y sus trabajos e historia, sino la Granada que vivió, los lugares y enclaves más importantes así como leer alguna de sus obras.

La Granada de Francisco Ayala fue diferente en distintos momentos de la historia. La ciudad fue testigo de algunas innumerables anécdotas y vivencias del escritor, que fue bautizado como Francisco de Paula Eduardo Vicente Julián de la Santísima Trinidad en la Iglesia de los Santos Justo y Pastor de Granada, con Pedro de Arroyo y Pineda -tío materno del padre- como padrino junto a la hermana mayor de la madre, Luz García Duarte.

Y fue ese templo el elegido para su bautizo porque para la madre era la iglesia de la familia, además, claro está, por la cercanía de su casa natal, que pertenecía no obstante a la Iglesia del Sagrario.

Ayala pasó sus primeros años de parbulario en el Colegio de las Niñas Nobles. Foto: Alberto Franco

Ayala pasó sus primeros años de parbulario en el Colegio de las Niñas Nobles. Foto: Alberto Franco

Los primeros nueve años de su vida los pasó en Granada y para aprender en parvulario en el Colegio de Niñas Nobles. Fue en este palacio de catalogación renacentista en el que vivió sus primeros años escolares. En él se albergó este centro educativo hasta bien avanzado el siglo XX y que era regentado por la congregación de San Vicente de Paúl.

Un año más tarde logró ingresar en bachillerato tras obtener un sobresaliente en el examen, lo que le permitió estudiar los dos primeros años en el colegio Calderón, en el de los Escolapios y en una academia privada posteriormente hasta 1917.

La Granada de Ayala pasa por otros puntos como el Carmen de la Cruz Blanca, donde desde 1909 la familia y el propio escritor vivieron en este espacioso lugar, compuesto de columnas y artesonados y con un "hermoso jardín" con estanque y una torre con palomar, según se recoge hoy mismo en la web de la Fundación.

En el que hoy se conoce como Instituto Padre Suárez logró matricularse en 1918, donde pasó sus siguientes años hasta 1921. Esto lo compaginó con la Escuela de Artes y Oficios, donde acudía por las tardes.

El instituto, que estaba recién inaugurado como Instituto General Técnico, supone para él un recuerdo de la "sensación de una creciente plenitud". Recogidas, Puerta Real, Mesones, BibRambla, Flores y Gran Vía, desde su casa de San Miguel Baja, era el itinerario que hacía cada día para llegar hasta el centro.

Durante algún tiempo Ayala vivió en Carmen de la Cruz Blanca. Foto: Alberto Franco

Durante algún tiempo Ayala vivió en Carmen de la Cruz Blanca. Foto: Alberto Franco

En Afán de la Ribera también vivió, pero en esta calle la casa ya ha desaparecido. De hecho en la Fundación recuerdan que ya estaba en estado ruinoso cuando Ayala regresó por primera vez a Granada y se encaminó a ella: “Mucho rato estuve mirándola […] Hubiera deseado asomarme al patio, al jardinillo del fondo, ver la sala baja donde tantas y tantas horas de mi infancia hube de pasar leyendo novelas y versos, pintando, jugando…”.

En la calle San Jacinto se ubicaba la casa de Pedro Arroyo Pineda, que fue padrino de Ayala el día de su bautizo y del que el propio escritor llegó a decir que era "muy hermosa", destacando por el "magnolio cuyas flores perfumaban en su tiempo todo el aire".

Conocida antiguamente como la calle Canales, la Rector García Duarte acoge la vía en la que se homenajea al abuelo materno, Eduardo, quienes no se conocieron nunca pues falleció en 1905. No obstante, las referencias de su madre sobre esta vivienda siempre estuvo presente en él por su jardín, "famoso en la ciudad".

Ayala también vivió en Afán de la Ribera, pero cuando regresó vio la vivienda en un estado ruinoso. Foto: Alberto Franco

Ayala también vivió en Afán de la Ribera, pero cuando regresó vio la vivienda en un estado ruinoso. Foto: Alberto Franco

El recorrido que plantean desde la Fundación lo completa el lugar que alberga su legado y el centro dedicado a conservar y difundir la obra. Casa de campo en la época árabe y propiedad de la familia real granadina, conserva un "imponente pabellón" profusamente decorado que se puede visitar, así como las instalaciones de la fundación.

Y a los 16 años, a Madrid. A partir de entonces Ayala no pasó por su ciudad natal. Se formó, creció como escritor y se rodeó de los más importantes para instalarse en Buenos Aires con su mujer e hija tras la Guerra Civil.

No fue hasta el verano de 1960 cuando Ayala no regresó a su país y a su Granada, ciudad de la que se marchó 38 años antes para regresar.

En la calle Rector García Duate se homenajea a su abuelo, al que Ayala no llegó a conocer. Foto: Alberto Franco

En la calle Rector García Duate se homenajea a su abuelo, al que Ayala no llegó a conocer. Foto: Alberto Franco

La ciudad tuvo que esperar otros 17 años para volver a ver al escritor de cerca, concretamente en la noche del 26 de enero de 1977, cuando llegó como invitado para impartir una conferencia denominada 'Estructura Narrativa' en la Facultad de Letras.

En el auditorio del Banco de Granada pronunció el 2 de febrero de ese mismo año otra conferencia con el título 'Regreso y recapitulación de un escritor granadino'.

A los diez años de estos encuentros, el 13 de junio, recibió la medalla de oro de la ciudad de Granada de manos de Antonio Jara, alcalde en funciones entonces, a la espera de volver a tomar posesión como regidor granadino.

A solo 14 años vista de su centenario, Ayala participó en 1992 en el 'Homenaje a Francisco Ayala' que organizaron la Universidad de Granada y el Ayuntamiento de Granada en colaboración con el Centro de las Letras del Ministerio de Cultura y la Diputación de Granada.

En el Instituto General y Técnico, hoy Padre Suárez, cursó sus estudios de Bachillerato. Foto: Alberto Franco

En el Instituto General y Técnico, hoy Padre Suárez, cursó sus estudios de Bachillerato. Foto: Alberto Franco

Como varios centros educativos que llevan su nombre, en febrero de 1994 se inauguró el Colegio Francisco Ayala de Cúllar Vega. Semanas más tarde, el 12 de mayo, fue investido como doctor honoris causa por la Universidad de Granada.  Solo un día más tarde recibió otro homenaje en el IES Francisco Ayala de la ciudad.

El 9 de octubre de 1998 se tomaría una de las decisiones más importantes para el escritor, pues se acordó la constitución de la Fundación Francisco Ayala. Días más tarde recibió el premio Príncipe de Asturias.

Sus participaciones en Granada fueron constantes, como en 1999, para participar en el simposio internacional 'Francisco Ayala, escritor universal'.

Coincidiendo con su centenario, la Fundación Francisco Ayala se establece en el palacete Alcázar del Genil en un año especial en el que se reproducen numerosos actos, homenajes o ciclos en torno a la figura del escritor granadino. Entre ellos destaca la medalla de oro de la provincia o la gran Cruz de Isabel la Católica de la mano del Rey Juan Carlos.

La Fundación Francisco Ayala, donde permanece el legado del escritor granadino. Foto: Alberto Franco

La Fundación Francisco Ayala, donde permanece el legado del escritor granadino. Foto: Alberto Franco

Desde ese día, la vivienda familiar tiene una placa en la que se indica que “en esta casa nació el 16 de marzo de 1906 el escritor Francisco Ayala García-Duarte, autor de novelas y testigo alerta de su tiempo”.

En la mañana del 3 de noviembre de 2009 falleció en Madrid "a consecuencia de un debilitamiento físico generalizado". Sus restos mortales fueron trasladados hasta el tanatorio Parque de San Isidro en Madrid. Un día más tarde se produjo la incineración en una ceremonia privada.

Desde el 1 de diciembre de aquél año su viuda, Carolyn Richmond, depositó sus cenizas bajo un limonero trasplantado ese mismo día en el patio de los naranjos de la Fundación Francisco Ayala. Fue su último viaje a Granada, el lugar donde el escritor permanece para la eternidad.

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