Cómo superar la depresión postvacacional
Se trata de un síndrome que afectará entre al 45% y 65% de los trabajadores durante las próximas semanas
Con la llegada de septiembre y la vuelta a las rutinas son muchos los españoles que experimentan el conocido como síndrome postvacacional. Un problema que, según los datos que maneja el comparador de seguros de salud Acierto.com, afectará entre al 45% y 65% de los trabajadores durante las próximas semanas. Los más perjudicados serán los menores de 40 años, aunque no existen diferencias notables entre hombres y mujeres.
El problema suele manifestarse en forma de fatiga, malestar físico generalizado, cansancio, sensación de sueño, falta de energía y apetito, incapacidad para concentrarse, dolores musculares, etcétera. Desde el punto de vista emocional, aquellos que lo padecen se muestran irritables, tristes, nerviosos y/o apáticos.
No obstante, existen algunos perfiles más propensos a sufrir este síndrome, como por ejemplo los que planifican y controlan sus próximas acciones con suma antelación (y que experimentan malestar cuando se produce algún imprevisto); y los que tienen un mal ambiente o no se sienten valorados en el trabajo. Sin embargo, superarlo es posible si llevamos a cabo una serie de pautas.
Pautas para sobrellevarla
Tal y como indica Acierto.com, existen algunas pautas que pueden ayudar a sobrellevar la depresión postvacacional. Por ejemplo, dormir adecuadamente y las horas suficientes, será fundamental. Levántate 10 minutos antes para evitar las prisas y el estrés. Establecer las rutinas y tratar de volver a los buenos hábitos unos días antes, de forma gradual. Intentar mantener los horarios y, si es necesario, programar recordatorios en el móvil.
Los hábitos alimentarios también te ayudarán a regular la situación. Intentra apostar por las proteínas en lugar de los hidratos de carbono e hidratarse correctamente. Se debería optar por algo ligero durante la jornada laboral, si no se pretende tener una pesada digestión en el trabajo. Practicar ejercicio físico permitirá segregar endorfinas -las hormonas de la felicidad- y a regular el sueño.
Mantener una actitud positiva y resolutiva, de no llevarse los problemas ni el trabajo en general a casa; y relativizar todo lo que se pueda. Por último ser asertivo. No alargar las vacaciones hasta el día antes de incorporarse, tratar de regresar unas jornadas antes para que la adaptación sea más paulatina.
En el trabajo es necesario no sobrecargarse y tratar de ponerse al día a un ritmo óptimo. Planificar los objetivos de forma realista y priorizando. Ir con cuidado con las presiones, exigencias y la tensión. Tampoco evitar aquello que genera ansiedad, pues se trata de un manera inconsciente de magnificar el problema.
No obstante lo comentado, cabe mencionar que no hay que confundir la depresión postvacacional con una verdadera depresión. De hecho, se trata de un malestar transitorio que no suele alargarse durante más de dos semanas; de un proceso de adaptación que entra dentro de la normalidad y que requiere de tolerancia a la frustración.