Garbanzos, papas a lo pobre y vino para el Día de la Toma en Cájar
La localidad metropolitana celebra su tradicional jornada de convivencia de cada 2 de enero en la que centenares de vecinos acuden al Pabellón Municipal
La localidad metropolitana de Cájar celebra como cada 2 de enero su particular Día de la Toma, con una jornada de convivencia en el Pabellón Municipal San Francisco a la que acuden centenares de vecinos.
Se trata de una cita en la que desde las 14.00 horas no falta el tradicional potaje de garbanzos, las papas a lo pobre y el vino de la tierra para que degusten todos los participantes.
Además, a las 16.00 horas se celebra el bingo solidario a beneficio de Cáritas, organizado por la Concejalía de Bienestar Social del Ayuntamiento metropolitano, para una cita que se convierte en una jornada tradicional.
Los participantes pueden aportar un kilo de alimentos no perecederos o donativo que Cáritas recogerá para repartirlos entre las familias más necesitadas del municipio. Del mismo modo, la ONG organiza un rastrillo solidario coincidiendo con este encuentro.
La alcaldesa de Cájar, Mónica Castillo, ha explicado que se trata de una jornada "arraigada" entre los vecinos y visitantes, que forma parte del resto de actividades organizadas con motivo de la Navidad.
Del mismo modo ha subrayado que no es fiesta local y tampoco va acompañado de acto institucional, si bien considera que esta es una "forma de conmemorar" el Día de la Toma de Granada.
Tradicional 2 de enero
Esta cita, que coincide con el Día de la Toma de Granada, está arraigada en Cájar desde hace años y se ha ido transmitiendo de generación en generación.
Entonces, al no existir opción de otras distracciones las familias se dirigían al monte a unas cuevas que existían en el Barranco de Malacabi, en el término municipal de Monachil.
En este punto se reunían para pasar el día de diversión con bailes, competiciones y juegos de época mientras degustaban una merienda.
A finales del siglo pasado, en los años 70, esta costumbre se fue perdiendo, por lo que el Ayuntamiento optó por trasladar el evento a una jornada de convivencia familiar en lo que hoy es el pabellón municipal, manteniéndose año a año su conmemoración.
