viernes 26 abril
Opinión  |   |

Granada, ciudad educadora

A finales de los 80 Carlos Cano cantaba, en su Habanera imposible, que “Granada vive tan en si misma prisionera, que solo tiene salida por las estrellas”. Lo decía y lo cantaba de una ciudad que vivía a la sombra y de la sombra de la Alhambra, ensimismada en su encanto, quintaesencia del embrujo andaluz. Patrimonio y encanto eran, aun en aquella época, el fundamento de un sistema productivo que los Planes de Desarrollo franquistas habían diseñado para Granada.

Y fue en aquellos años 80, cuando hizo fortuna un diagnostico menos poético, pero más acorde con los nuevos tiempos del presente de nuestra tierra. Cronistas, comentaristas, analistas, opinadores y políticos de todo signo coincidieron en que Granada era una ciudad sin proyecto, aunque aquel diagnóstico sirvió, no para entre todos definir un proyecto de ciudad, sino para alimentar un estéril debate entre todos los agentes políticos, económicos, sociales y culturales orientado a determinar quién era el responsable de tal carencia.

Algún intento hubo por definir un modelo de ciudad que completa nuestra indudable potencialidad turística y patrimonial, recibido con un crítico escepticismo que, en algunos casos, rayaba la crueldad. Algunos parecen haber olvidado, por ejemplo, el frio y condescendiente recibimiento que dieron al proyecto de un Parque Tecnológico de la Salud que podría convertir a nuestra ciudad en una referencia sanitaria en Andalucía.

No ha faltado quien ha tenido la osadía de defender como proyecto de ciudad un frenético mover y remover de ladrillos, o un correr incesante de cerveza, con sus correspondientes tapas. Qué mejor que una cervecita fresquita y una buena tapa para acompañar un profundo quejío por los seculares agravios que sufre Granada.

Quién le hubiera dicho a Carlos Cano que, hoy, Granada no busca una salida por las estrellas sino que, en nuestra provincia, se reproducirán fenómenos estelares en un acelerador de partículas. Apenas unos años atrás nos hubiera parecido una quimera que nuestra ciudad resultara una candidata solvente para albergar la sede de la Agencia Española de la Supervisión de la Inteligencia Artificial. Aun hay quien desconoce que Granada sea conocida y reconocida en foros internacionales sobre Smart City o que formenos parte, como miembro destacado, de la Red de Entidades Locales para la Agenda 2030. Por fin va tomando cuerpo un proyecto de ciudad donde la ciencia, las nuevas tecnologías, el desarrollo sostenible o la conservación medioambiental son, no solo nuestras nuevas señas de identidad, sino también nuevas oportunidades de desarrollo económico.

Un cuerpo que, no obstante, necesita un alma que dé una dimensión humana a ese futuro que se empieza a vislumbrar para Granada. En esta línea, hemos de entender la iniciativa del actual gobierno municipal de adherirnos a la Asociación Internacional de Ciudades Educadoras y de organizar esta misma semana el primer foro “Granada, Ciudad Educadora”.

La Asociación Internacional de Ciudades Educadoras es un foro que agrupa a unas 500 ciudades de todo el mundo que asumen un compromiso, resumido en su Carta de Ciudades Educadoras, con la comprensión de la ciudad como un espacio idóneo para la educación ciudadana en un proceso permanente que transciende los tradicionales espacios escolares. Se trata, por tanto, de una compresión del proceso formativo en un sentido amplio y transversal que incluye una formación en valores y en el respeto a los derechos humanos, que ha de incidir en el diseño y ejecución de las políticas, servicios y prestaciones municipales.

Por tanto, el equipo municipal ha asumido un compromiso de un profundo calado que habrá de plasmarse en una reconsideración y reestructuración de toda la organización municipal, a fin de dar cumplimiento a una visión de la ciudad como un agente educador permanente, y que deberá incidir desde la gestión ordinaria de sus servicios, el diseño de los espacios públicos y el desarrollo de acciones que den un contenido efectivo a los principios y derechos de la ciudad educadora.

Como decía, hay un proyecto de ciudad que toma cuerpo y que irá acompañado de un alma cuya sustancia será la educación ciudadana. Esperemos que la iniciativa municipal encuentre el apoyo, la comprensión y la colaboración de todas y todos.

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Columnista
Baldomero Oliver

Profesor de Derecho Constitucional de la Universidad de Granada

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