viernes 26 abril
Opinión  |   |

Granada: la ciudad que ambicionamos

Tengo la suerte de estar en permanente contacto con personas que viven en nuestra ciudad y que se dirigen a mí o a algunos de mis compañeros del grupo municipal del Partido Popular en el Ayuntamiento de Granada para decirnos qué es lo que ellos ven más insólito de nuestro día a día en una ciudad como la nuestra. Aunque también no es menos cierto, que personas con las que hablamos, quieren que los políticos en general, y en Granada en particular, dejemos aparcadas nuestras diferencias y nos centremos en mejorar de una vez por todas esta ciudad. Esa es la magia de la política local, la total cercanía con los administrados, el gesto y el saludo de muchos granadinos que han confiado en nosotros como partido o que quieren conocernos para depositarnos su confianza.

Muchas veces nos ponen ejemplos de ciudades más o menos cercanas para decirnos qué se está haciendo en ellas y no en la nuestra. Y debemos aprender a querer más, a quererlo todo, para mejorar y luchar por una Granada mejor, una Granada con más empleo, donde las empresas quieran asentarse, con buenas comunicaciones, con una calidad de vida óptima, con una economía saneada y donde el modelo de ciudad sea el que prime en todas y cada una de las decisiones políticas que se tomen en nuestra ciudad.

Hace bien poco, el Partido Popular en el Ayuntamiento de Granada se abstuvo en la aprobación del plan de ajuste que presentó el gobierno socialista en el consistorio, y lo hicimos con el absoluto convencimiento que era lo mejor para la ciudad. El diálogo y consenso tras semanas de reuniones había dado su fruto, y no íbamos a entorpecer ‘porque sí’ un plan presentado por otro partido político. Pronto se sucedieron críticas de los partidos que pusieron al señor Cuenca en el sillón de alcalde y que miran más qué ocurrirá con ellos en las elecciones de 2019 que el interés de la ciudad. Tras esto, las ordenanzas fiscales que presentó el señor Cuenca al pleno carecían de consenso y diálogo para poder buscar soluciones, no subir los impuestos a los granadinos y sí buscar el equilibrio en otras partidas presupuestarias municipales.

Esto me lleva a considerar que lo que falta en el día a día de nuestra vida política es mucho diálogo y mucho consenso en los temas fundamentales. Es evidente que los programas electorales y el modelo de ciudad son totalmente contrapuestos y diferentes en programas como el del Partido Popular o el de otros grupos que actualmente están representados en el consistorio capitalino.

He tenido la suerte de poder estudiar detalladamente un caso de regeneración de ciudad como fue el de Bilbao en la década de los 90. En ese momento, las autoridades vascas se propusieron aunar esfuerzos para buscar soluciones como ciudad y reconvertir a la misma en un modelo a seguir que pasó por un cambio de mentalidad entre instituciones y empresarios. Fue una colaboración estrecha entre lo público y lo privado para llegar a la ciudad que hoy conocemos y que es totalmente diferente al Bilbao de hace 20 años. Pero esto se inició a finales de los 80, cuando todas las administraciones vascas pusieron en marcha Bilbao Metrópoli 30. El consenso, la llegada del Museo Guggenheim, la reordenación urbanística y el cambio de modelo de ciudad son las consecuencias de ese consenso logrado y es en lo que hoy se ha convertido Bilbao.

En Granada debemos aspirar a eso. Lo primero es saber hacia dónde nos dirigimos, qué modelo de ciudad queremos y conseguir esa colaboración público-privada necesaria. Los políticos tenemos la obligación de escuchar y después proponer mejoras con un plan estratégico que nos acerque a esa Granada deseada por todos y que nos puede hacer cambiar el modelo productivo: una ciudad cultural, que aspira a ser Capital Europea de la Cultura en 2031 no puede centrarse única y exclusivamente en hacer una agenda cultural común entre administraciones. Debemos ser activos y trabajar para que Granada pueda tener opciones y que, una vez pasada esa fecha, los granadinos puedan notar la mejora que ha supuesto la celebración de esa efeméride. No nos quedemos en lo poco, deseemos lo mucho y seamos ambiciosos porque Granada lo tiene todo: Universidad, empresarios y emprendedores, estudiantes que vienen de fuera y que desean quedarse aquí para empezar su trayectoria profesional, gente joven, música, escritores, la Alhambra y el Albaicín, declarados Patrimonio Mundial por la Unesco, y sobre todo talento, mucho talento. Teniendo todo esto, yo lo tengo claro. Granada puede ser y será lo que entre todos queramos que sea. Y el reto estoy segura que pasa por un modelo de ciudad que tiene mucho que ver con el del Partido Popular.

Rocío Díaz Jiménez
Portavoz del Partido Popular en el Ayuntamiento de Granada

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