Luna creciente (El cajón de los truenos electorales) (13-4-2015)
El cajón de los truenos electorales
Cuando la prensa es libre e independiente y el ciudadano la compra para informarse a diario porque los medios de comunicación relatan siempre la verdad: entonces existe el periodismo honesto, libre, de investigación y democrático que denuncia e informa con ética y deontología lo que acontece en una sociedad que también es libre y democrática. No vale vender ollas, cachivaches e información que atenta contra el derecho al honor y a la privacidad de las personas, y aunque éstas sean públicas. No se puede tener un cajón en el que se van guardando con secreto las informaciones para cuando llegan las elecciones y se pretende ser el juez y árbitro de la llamada a las urnas. No se puede hacer periodismo bajo el sistema mafioso de “o pagas o lo vas a pagar”. Y porque existe para el periodismo un Código Deontológico que ha creado unas normas de conducta para los periodistas y para las empresas que económicamente sustentan a los medios de comunicación. Un medio de comunicación no puede salir a la calle con el nombre de DIOS / diario regional. Sin periodismo no hay democracia. Y sin democracia no puede existir el periodismo libre que informa la verdad desde el prisma de la independencia, la libertad y el acatamiento de un ejemplar código deontológico. Un medio de comunicación no es un cajón hijo de puta en donde se guardan truenos electorales para la mejor ocasión. Ni tampoco es un estamento mafioso ni un supermercado que vende objetos, esquelas mortuorias a precio de oro, publicidad a coste de platino y abalorios variados que no sirven para nada en absoluto. El periodismo cuando se ha convertido en simple “mercadeo fenicio”, se convierte en algo aberrante que es torticero y capcioso, y que nada tiene que ver con la información veraz, libre, deontológica e independiente. Y no se puede publicar conversaciones privadas e íntimas para salvar culos profesionales.
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