Luna creciente (El imperio popular de la Ley) (2-7-2015)
El imperio popular de la Ley
Prohibido prohibir. Leyes para el silencio y la obediencia. La derecha siempre ha sido muy cariñosa y amorosa con el pueblo soberano. Y por este amor y este cariño, desde ayer tengan ustedes mucho cuidado al donar dineros, euros de curso legal, a los partidos políticos. No sobrepasen ustedes los quinientos mil euros al donárselos a una formación política española, y porque ustedes pueden acabar en la mazmorra fría. Pueden ustedes donar cuatrocientos noventa y nueve mil euros, y tranquilos que no irán a la sobra de un bambú. No me voy a reír. Y porque igual me empapelan con la “mordaza” que nos hace aún más iguales ante la Ley. ¡Que viva España y su santa tradición, y también el PP que nos lleva de excursión a la ergástula por cualquier nimiedad! Aunque los políticos que meten las manos en el cajón del pan común, traviesos y diablillos ellos, seguirán sin que les pase nada más allá de “tal vez sí, más no creo”. Me parto las ternillas, pero sé que la derecha es así. Es retrograda. Es regresiva. Es reculona. Es contramarcha. Es eso que ustedes están pensando… Aunque duele mucho más cuando las regresiones llegan, por ejemplo, del PSOE. Y porque también las ha habido. Y gruesas y orondas. ¿Oiga por aquí se llega a Roma? A ver, identifíquese. Y vamos al furgón que lleva a la comisaría y después a los juzgados. Debe de estar totalmente prohibido lo de prohibir. Prohibir es de cernícalos. Hay que darle cultura al personal de a pie. Y hay que guardar y hacer que se guarde lo constitucional de que todos somos iguales ante la Ley. Nunca por más prohibir, amanece más temprano. Tengan ustedes en cuenta que el largo talar no hace al obispo censor. El bolígrafo no hace al periodista. Y el pésimo prohibir no hace al legislador. Por cierto… ¿Se acabó el botellódromo en Granada?
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