viernes 26 abril
LA CRÓNICA HORIZONTAL  |   | Luis F. Ruiz - Enviado Especial

Dignidad por encima de todo

El Granada CF sale airoso del Bernabéu con un partido casi completo · Con el 9-1 tan presente, tocaba defender los colores · Martínez Munuera tiene malos 'amigos' en las bandas

José Ramón Sandoval ordena a El Arabi que siga jugando tras perder el equilibrio. Foto: Roberto Romera - Enviado Especial

José Ramón Sandoval ordena a El Arabi que siga jugando tras perder el equilibrio. Foto: Roberto Romera - Enviado Especial

Acudir a estadios como el Santiago Bernabéu, el Camp Nou o el Vicente Calderón tiene una serie de licencias que no la dan otros terrenos de juego de la geografía española. En la mayoría de los casos que se rinde visita a estos 'monumentos' al fútbol se hace a sabiendas de que lo más probable es que se pierda y, además, por más de un gol.

En otras palabras, enfrentarse, por ejemplo, al Real Madrid en su estadio es elegir entre cómo quiere que a uno lo 'asesinen' a sabiendas de que tiene nulas opciones de salir 'vivo'.

Se puede hacer de forma voluntariosa, aunque insuficiente para que el personal termine de estar contento, como sucedió hace ahora dos temporadas. Con Lucas Alcaraz al frente, el Granada CF llegó empate a cero al descanso, pero un error de Fatau condenó a los granadinistas, que acabaron perdiendo 3-0.

Se puede elegir la alternativa de la ilusión. Esa que permite empatar un partido porque tu afición ha invadido la capital de España con casi 5.000 aficionados el estadio del equipo rival. Ocurrió aquél enero de 2012, el año del retorno. Entonces el gol de Mikel Rico solo sirvió para eso, ilusionarse un rato. Luego llegaron cuatro goles más para acabar 5-1.

Se puede también optar por la fórmula más ridícula y espantosa de cuantas se desee. Véase lo ocurrido el pasado marzo, cuando el Granada CF cayó derrotado por 9-1 para encajar la goleada más abultada en sus más de 80 años de historia.

Y también existe otra posibilidad. La de optar por el realismo, pero sobre todo afrontar el partido con dignidad. Sí. Ésta palabra que tanto han tirado por tierra algunos de los individuos que han vestido la elástica rojiblanca en temporadas anteriores.

Perder en el Santiago Bernabéu es la opción que se producirá en nueve de cada diez situaciones. Ante esto, este sábado, José Ramón Sandoval quiso demostrar que hay maneras de cocinar una derrota. Plantando cara al rival. Sin miramientos y sin perder la cara al partido. Echándole un par de razones al partido e incluso tener la posibilidad de adelantarse en el marcador.

Pero bien sea por Martínez Munuera -pocos amigos deben ser sus jueces de línea para condenarlo al ostracismo con los dos errores cometidos-, bien por un fallo concreto de la defensa o bien porque los delanteros no tienen el día, la cabeza está alta. Sin humillaciones. Sin sonrojos.

Independientemente de que la de este sábado sea la derrota menos abultada desde el retorno a Primera en Chamartín, Sandoval ha demostrado que este es otro Granada CF. Que cada día que pasa las cosas se hacen mejor. Y que hay motivos para morir de pie con estos hombres. Solo falta ganar. Y tendrá que ser el martes, entre otras cosas para evitar que los agoreros de turno empiecen a encender las brasas del alarmismo. Sandoval, saque la manguera para apagarlas antes de que prendan.

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