Cómo 'sobrevivir' al cambio de hora en pleno encierro
Una alimentación correcta, evitar el consumo de sustancias excitantes, respetar los horarios y hacer ejercicio son algunas de las pautas a seguir
En la madrugada de este sábado al domingo, los granadinos girarán las manecillas de sus relojes para adelantarlos una hora: a las 02.00 serán las 03.00 horas. Un cambio de hora que, en esta ocasión, será en plena cuarentena.
Así, los expertos tratan de dar unas pautas para que el confinamiento, con una hora de más, se haga más llevadero entre la ciudadanía. Esto pasa por una alimentación correcta, evitar el consumo de sustancias excitantes, respetar los horarios, hacer un planning y ejercicio en casa.
Los cambios de hora suelen provocar alternaciones del ritmo interno de las personas y fomentan la aparición de problemas para conciliar el sueño esa noche y las siguientes. Algo que, a su vez, dispara el estrés, la secreción de cortisol y también la sensación de apetito.
Dichos inconvenientes podrían verse agravados en esta situación de confinamiento, a lo que se suma la ansiedad que algunas personas empiezan a experimentar.
Por otra parte, adelantar el reloj incrementa los riesgos de sufrir hipertensión y migraña. Hasta la productividad de los trabajadores decrece y se disparan los accidentes laborales.
Debate entre colectivos
El cambio de hora está sujeto actualmente a estudios de los respectivos países que integran la Unión Europea después de que la Comisión Europea realizar en 2018 una consulta pública en la que más del 80% de los 4,6 millones de ciudadanos participantes se mostraron a favor de acabar con los cambios de hora.
En este sentido, suscita un amplio debate entre colectivos sociales. En los últimos años se han realizado diferentes informes que han tenido en cuenta no sólo aspectos relacionados con el posible ahorro de energía, sino otras cuestiones relacionadas con la necesidad de armonización de horarios, la seguridad vial, las condiciones de trabajo y sus repercusiones sobre la salud, entre otras. Dichos informes coinciden en señalar que los beneficios del cambio de hora no parecen determinantes.
