El Teatro Alhambra recupera las dos funciones de la obra 'Seda'
Dirigida por Juan Carlos Rubio se suspendió en enero por un positivo de Covid-19
La Consejería de Cultura y Patrimonio Histórico a través de la Agencia Andaluza de Instituciones Culturales recupera la obra 'Seda' del autor italiano Alessandro Baricco, adaptada y dirigida por Juan Carlos Rubio que estaba prevista en el Teatro Alhambra los días 14 y 15 de enero, pero que no pudo representarse por el positivo en Covid-19 de un miembro de la compañía.
El montaje estará en cartel este martes y miércoles a las 21:00 horas. Este espectáculo, producto de la unión de varias productoras, ha contado con la colaboración de la Agencia andaluz de Instituciones Culturales.
Para Juan Carlos Rubio 'Seda' es la emocionante crónica de un viaje, de un viaje físico al lejano Oriente, pero sobre todo y ante todo, la crónica de un viaje emocional, una aventura que coloca a sus protagonistas, y por extensión al público, en el abismo de nuestra propia existencia.
La historia cuenta que a mediados del siglo XIX Hervé Joncour es elegido para una asombrosa misión: traer huevos de gusano de seda desde el lugar más lejano del mundo: Japón. La supervivencia de Lavilledieu, el pequeño pueblo donde vive plácidamente con su esposa, depende del éxito de su viaje.
Claro que, la llama de la pasión transforma una simple expedición comercial en una nueva forma de entender la vida, conectándole con un aspecto de su personalidad que creía no poseer. Y es que, una vez que uno siente la verdadera SEDA entre sus dedos, es difícil sustraerse a su magia.
Para dirigir un espectáculo teatral tomando como base una novela tan reconocida y atractiva hacía falta un equipo técnico y artístico de primera línea que pudiera trasladar ese rico imaginario a escena. Sin duda, esta producción lo ofrece.
"Mi planteamiento de dirección es simple y juguetón: un grupo de 5 fabulosos actores nos van a "contar" Seda. Y lo harán primero desde ellos mismos, anteponiendo su propia personalidad, para luego ir quedando atrapados en los diferentes personajes que habitan la obra.
Una dramaturgia abierta e imaginativa, donde una silla puede ser un carromato, una sombra una desbandada de pájaros y una palmada quizá se interprete como una tormenta en alta mar. Para todo esto se necesita la complicidad del espectador, aunque ese acto de fe tendrá lugar.
