Entre la comprensión y la necesidad de levantar la persiana
La última noche de terrazas en Granada deja a las claras que todo el mundo entiende que se tomen las medidas, si bien la hostelería recuerda que ello pierden casi la mitad de su negocio
Con la boca grande o pequeña, es difícil encontrar a alguien que no entienda que hay que tomar medidas en Granada ante el elevado aumento de casos por coronavirus, si bien es en la forma, el cómo y el cuándo donde existen disparidad de criterios entre los hosteleros, sus clientes y el resto de la ciudadanía.
A las 00.00 horas de la noche que van del viernes al sábado el barrio del Zaidín, lugar de tapeo por antonomasia en Granada, ya está ultimando el cierre de casi todos los negocios que existen en la zona, pues las terrazas deben estar desmontadas para entonces y el consumo solo se permite en el interior. Desde ahora hasta los próximos 14 días, el 'toque de queda' será dos horas antes.
Esta medida, la principal que repercute en los negocios de hostelería, genera sobre todo el malestar de un sector al que muchos señalan y que ellos mismos consideran que no son parte del problema sino todo lo contrario.
"Es el momento en que la gente sale prácticamente, es todo, cortar a las 21.30 horas es cuando la gente empieza a salir y decirles que se tienen que ir no veas la ruina tan grande que vamos a tener aquí". Así de claro se muestra Jose, responsable del Cervecería €QU en el Zaidín, uno de los clásicos de la zona en donde no les queda otra que adaptarse a las circunstancias.
Así, considera su responsable que el virus tiene "la misma virulencia" tanto si es a las 22.00 como a las 00.00 horas, pero aceptan las medidas que no obstante solo les hace cerrar dos horas antes. "Obvio que preferimos esto al cierre, porque como cerremos por completo ya no será posible reabrir ni mantener esto", añade.
En una situación similar se encuentran muchos de los bares de la zona, como sucede con Los Diamantes, otro de los clásicos de Granada. Álex, camarero del establecimiento, lamenta la situación generada que sí les hará cambiar la fórmula empleada por este establecimiento. Hasta ahora dividían la jornada en dos turnos, mediodía y noche y ahora lo harán de seguido hasta la hora de cierre.
"Lo que nos han hecho lo respetamos y lo acatamos. Es muy jodido", señala, al tiempo que considera que la situación en la que quedan es "muy difícil" para ellos, pues no tienen ni postres ni tampoco sobremesa tras servir comidas y "tampoco se pueden poner copas para 15 días que debe durar esto".
Así, ha lamentado medidas como el hecho de reducir al 50% su aforo, pues entiende que se haga en el interior del local pero no fuera, pues con el 50% pasan de 14 a 7 pese a que el espacio es amplio: "Si solo ponemos tapas, no comemos".
Este establecimiento al igual que el resto que tiene en la ciudad prepara comida para llevar hace tiempo pero no reparto a domicilio, una de las posibilidades que se contempla para poder seguir abiertos: "Tendríamos que hacerlo todos los locales y sería una mala inversión para solo dos semanas".
En cualquier caso Álex entiende que se tomen medidas, pues considera que en España se está siendo "muy irresponsable" ante la evolución de la pandemia sin que la conciencia ciudadana se imponga: "Yo por ejemplo, con mi pareja, no salimos a ningún lado, miramos por el negocio y no quiero contagiarme para no tener que cerrar".
También lamenta que sobre el pequeño comercio y establecimientos como en el que trabaja se sea "tan estricto" en el cumplimiento de las medidas y sin embargo se sea "algo más permisivo" con otros negocios hosteleros y de ocio muchos más grandes, en donde "no hay tanta vigilancia".
Comprensión a medias entre los clientes
Y si los hosteleros consideran que la medida pueden generarles problemas económicos, los clientes creen que era necesario adoptarlas, aunque no del todo. Así piensa por ejemplo Jose, acompañado de un grupo de amigos, quien cree que están bien las medidas por el tema sanitario aunque las considera "mal" por los hosteleros.
"Yo creo que lo ideal sería que cerraran todo el día los comercios de restauración y les den ayudas, porque también tienen que comer, como ya sucede en otros países", explica este cliente de la Cervecería €QU.
A él le acompaña Lina, quien afirma que suelen quedar de vez en cuando y que por las circunstancias se han adaptado al trabajo online y a la nueva situación, por lo que "no quedará otra que pedir a domicilio, pero claro que se entienden las medidas".
Las medidas llegaron antes que a los bares a la Universidad de Granada, que desde este jueves no tiene clases presenciales. Una medida que por ejemplo para David no era normal y ahora sí se entiende que se aplique en bares: "Era una medida necesaria, pues se trata de ayudar a la sanidad entre todos, aunque puede que el problema se traslade ahora a pisos o a otros espacios abiertos de la ciudad, depende de la responsabilidad de cada uno".
Esta es precisamente la opinión de Álvaro, quien recuerda que botellones se han hecho mientras los establecimientos hosteleros han estado abiertos hasta tarde, por lo que ahora augura que "los pisos estarán más llenos de estudiantes".
Para su tocayo, se ha "criminalizado" un poco a la Universidad de Granada, pues la situación "no depende de la institución sino de los propios alumnos. "Lo raro es que hayan cortado las clases antes y ahora esto, cuando lo natural es que hubiera sido al revés", explica Jose.
Estos chicos compartían momento de tapas después de echar un rato de padel en el Zaidín. Cada uno con su historia deja a las claras que disfrutar de las terrazas ya no es posible de noche en Granada al menos hasta noviembre. Ahora la pelota está en la responsabilidad de cada uno, pudiendo disfrutar de la hostelería hasta las 22.00 horas.
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