viernes 26 abril
Universidad de Granada  |   | Redacción aG

La UGR fabricará laminados de pino y chopo local para la construcción en la Azucarera de San Isidro

La 'spin off' aspira a ser el germen de la primera industria de construcción industrializada con madera  en el Sur de España

El proyecto LIFE Wood for Future (Madera para el Futuro) ha presentado el borrador del plan estratégico de la 'spin off IberoLam', que aspira a ser el germen de la primera industria de construcción industrializada con madera  en el Sur de España.

Esta empresa, nacida del grupo de investigación UIMA de la Universidad de Granada, pretende revalorizar la madera de pino laricio y chopo de Andalucía (fundamentalmente, Granada y Jaén) transformándola en productos tecnificados de alto valor añadido destinados a la construcción con baja huella de carbono.

Se propone que su sede sea la Azucarera de San Isidro, un edificio histórico del patrimonio industrial de la Vega de Granada que la Universidad está rehabilitando para ubicar en él su ‘campus de sostenibilidad’.

Está previsto que los primeros grupos de investigación, entre ellos la Unidad de Investigación de Madera Estructural de Andalucía (UIMA), se instalen en el edificio antes del verano. Con esta colaboración público-privada, IberoLam devolvería al espacio BIC su sentido como espacio industrial para el desarrollo de la Vega y la provincia, pero con el conocimiento al lado como impulsor y garante de futuro.

El coordinador de LIFE Madera para el Futuro, Antolino Gallego, destacó, entre los impactos positivos que esta spin off tendrá para el territorio, el fomento de la producción local de madera y el desarrollo de zonas despobladas en línea con las políticas de las diputaciones de Granada y Jaén y el Ministerio de Transición Ecológica y Reto Demográfico; la prevención de grandes incendios, al reducir la combustibilidad de los montes; la disminución de coste de restauración forestal tras los incendios; y la reducción de la huella de carbono en la construcción, dentro de las políticas forestales y de vivienda de la Junta de Andalucía.

En ese sentido, el catedrático de Física Aplicada pidió la implicación en el proyecto de los inversores privados –los propios productores forestales ya han mostrado su interés en apoyarlo financieramente– y de las administraciones públicas.

Gallego apuntó incluso la posibilidad de que la UGR utilice el material producido en la Azucarera en la propia rehabilitación del edificio, declarado BIC, algo que desde el Vicerrectorado de Patrimonio y Extensión Universitaria de la UGR ya se apuntó en anteriores reuniones del proyecto y que sería totalmente inédito en España. “La Universidad puede ser un gran escaparate de este movimiento y, por tanto, no debería desperdiciar esta oportunidad”, argumentó Gallego.

Fase de vivero

La spin off arrancará con una oficina técnica en la que un pequeño grupo de arquitectos e ingenieros de edificación y/o civiles realizarán cálculo e inspección de estructuras y ensayos mecánicos de laboratorio.

Ya en la fase de vivero, incorporará un aserradero y máquinas digitalizadas capaces de fabricar piezas a demanda de los proyectos arquitectónicos y listas para su montaje en el sitio de la obra. IberoLam Timber&Innovation fabricará vigas MCLam laminadas de hasta 13,5 metros de largo en tres versiones, para su uso según los requerimientos del proyecto y el cliente (solo pino, solo chopo, y pino y chopo).

Sin embargo, la fábrica nace con la vocación de entrar en colaboración con otras industrias del sector del hormigón para fabricar productos mixtos madera-hormigón,  los módulos prefabricados MCLam BS. La primera de ellas será el Grupo Rodiñas de Galicia, industria asociada y comprometida desde hace años con esta iniciativa LIFE.

“Es una oportunidad de futuro para comarcas como el Valle de Lecrín, donde municipios como Padul han demostrado con creces su capacidad industrial en el prefabricado de hormigón”, argumentó Gallego. Igualmente estos productos locales y de baja huella de carbono podrían usarse para construir un ‘acelerador de partículas sostenible’ en el parque metropolitano, industrial y tecnológico de Escúzar (CITAI).

Con la combinación de diferentes materiales se pretende aprovechar las ventajas y reducir las desventajas de cada uno: el pino laricio, como mejor madera de conífera de Europa, aportará una enorme resistencia y durabilidad, mientras el chopo aporta ligereza para bajar el peso del pino y asegurar la madera de volumen.

A su vez, la madera, con huella de carbono negativa –gracias a su capacidad para absorber CO2 de la atmósfera durante toda la fase de crecimiento de los árboles–, compensa las emisiones que se producen en la fabricación de hormigón y aligera las estructuras, abaratando su transporte y montaje. “Los arquitectos e ingenieros deben sentirse tranquilos ante la capacidad resistente de estos productos”, argumentó el profesor Gallego, ya que contarán con sus debidas certificaciones.

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