viernes 26 abril
GETAFE - GRANADA CF  |   | Nacho Santana

Otra gesta en un partido sin fútbol

El Granada CF se impone al Getafe por 0-1 con gol de penalti de Montoro · Con 42 faltas, ambos conjuntos firmaron un encuentro trabado y con poco tiempo de juego

Aquel que pensase en un duelo entre el Getafe y el Granada CF debía ser consciente de que no iba a ser el adalid del ‘tiki-taka’. El conjunto local cuenta con la fama de parar mucho los encuentros, ganada a pulso con las acciones de jugadores como Nyom o Cucurella.

No hubo juego asociativo, pero tampoco se podría afirmar que hubiese juego apenas en el coliseo getafense. Entre falta y falta, en ocasiones se veía rodar el esférico, pero poco más. En un choque sin fútbol, el Granada CF fue capaz de sumar tres puntos gracias a un penalti convertido por Montoro.

No difirió demasiado de lo imaginable la primera mitad. Como cabía esperar de un partido en el Coliseum Alfonso Pérez, no brilló la labor de creación ni se vio circular el balón por el centro del campo. El juego, a trompicones por las constantes faltas locales, se transformó en un vaivén de pelotazos de área a área. 

Pudo dar la sorpresa el Granada CF al poco de empezar el encuentro. Una falta lateral puesta por Montoro estuvo a punto de encontrar el remate de Yangel Herrera, que no llegó por poco cuando se colaba en el segundo palo. 

Fruto de lo trabado del partido, Jaime Mata vio la primera amarilla a los once minutos de juego. El delantero azulón mandó al suelo primero a Rui Silva, después a Foulquier y finalmente a Germán para acabar siendo amonestado por reiteración con todo el partido aún por delante. 

Las llegadas al área se producían de forma casi desesperada. Los balones en largo buscaban a quien los llevase de vuelta al césped para prolongar el juego y encontrar una oportunidad real. Fruto de la fata de atino en este área, ambos conjuntos pidieron penas máximas que fueron desestimadas por Gil Manzano, colegiado del encuentro.

Del vaivén se pasó a un juego más estancado, casi sin circulación y con un crono que parecía paralizado. Olivera fue amonestado por un pisotón sobre Montoro, algo en lo que reincidió minutos más tarde con Jorge Molina, pero el árbitro decidió perdonarle la expulsión.

Ganó metros el Getafe, más familiarizado con el juego que impuso en el partido. El Granada CF quedó relegado al balón parado, primero con una falta de Kenedy que paró bien David Soria y después con varios lanzamientos desde el lateral que llevaron peligro sin encontrar rematador. 

Tuvo opciones el conjunto local, especialmente con las llegadas de Cucurella por banda izquierda. El jugador azulón estuvo a punto de abrir el marcador con un golpeo desde la frontal que se topó con Germán antes de marcharse fuera por poco. Rui Silva solo pudo mirar ante el cambio de trayectoria.

Reacción a tiempo

Sumido en el juego de los madrileños, el Granada CF fue capaz de despertar a tiempo para poder reencontrarse con su fútbol. Trianguló bien por banda el conjunto rojiblanco, recibió Jorge Molina y encontró a Kenedy con un centro raso. El brasileño se anticipó a Soria y remató de tacón, pero Foulquier intervino para evitar el gol.

Solo un minuto después, Yangel Herrera se coló en el área y fue derribado por Djené, que cometió la pena máxima y recibió una amonestación. Montoro puso el balón en los once metros y batió al guardameta local, que leyó la dirección pero no atinó a pararlo. El conjunto visitante abría la lata ya en el descuento de la primera mitad.

No hubo más tiempo para que rodase el balón a penas y los jugadores se fueron al túnel de vestuarios. Más allá de la temperatura que ya de por sí acumulaba el partido, un choque al retirarse entre Cucurella y el colegiado llevó a Gil Manzano a amonestarle verbalmente justo antes del inicio de la segunda mitad. 

Aún buscaba su sitio en el campo el Granada CF cuando Rui Silva tuvo que aparecer para mantener el marcador inmóvil. Entró por la izquierda Olivera y la puso al punto de penalti, donde la esperaba Cucho Hernández. Golpeó fuerte y seco el delantero, pero el guardameta estuvo rápido para despejar el esférico.

Salió más enchufado en la segunda mitad el Getafe. Los azulones doblegaron a los rojiblancos, les obligaron a permanecer en su área y propiciaron un asedio en torno a la portería de Rui Silva. El peligro de la situación llevó a Diego Martínez a dar entrada a Puertas y Machís.

Captó el Granada CF el mensaje, claro y conciso: velocidad en banda para buscar un juego directo que permita ampliar la distancia al contragolpe. Los rojiblancos, camaleónicos, se adaptaron al juego de su rival y lo copiaron con una serie de faltas que trabaron más si cabe el juego, permitiéndoles respirar y dejando correr el crono. 

Cerca estuvo de encontrar el gol Ángel, que entró solo a rematar a placer una falta lateral. Por fortuna para los rojiblancos, el ‘9’ azulón mandó fuera el cabezazo. Ocasiones como esta, unidas a la poca mejoría en el juego de los suyos, llevaron al técnico rojiblanco a cambiar a un esquema de cinco defensores dando entrada a Nehuén Pérez.

Se agazaparon los futbolistas del Granada CF, centrados en defender su área y salir en busca de un contragolpe que permitiese poner la puntilla a un partido en el que lo raro era ver el balón en juego. El Getafe, crecido y con más metros, optó por continuar con el juego directo y comenzó a aparecer más por las bandas, pero no fue capaz de transformar en gol sus llegadas.

A punto estuvieron de conseguirlo a menos de diez minutos del final. Un saque de esquina colgado al área encontró el remate de Ünal, pero se topó con el larguero. El rechace acabó llegando a un jugador del conjunto azulón, que convirtió su disparo desde posición irreglamentaria, evitando que subiese al marcador.

Contó con más ocasiones en los minutos finales el Getafe, llegando incluso a exigir a Rui Silva. Sin embargo, los locales no fueron capaces de abrirse un hueco en la defensa visitante, apuntalada al máximo. Entre sus intentos y el dominio de los azulones, el tiempo se agotó y sumó una nueva victoria para los de Diego Martínez tras los siete minutos de descuento.

No hubo fútbol en todo el encuentro, ni le interesó al Granada CF que lo hubiese durante la segunda mitad. Camaleónico como de costumbre, el equipo visitante supo copiar el juego local y tumbarles con su propia medicina, con un juego trabado y lleno de faltas en el centro del campo. Se ganó más por coraje que por lo hecho con el balón, pero llegaron los primeros tres puntos fuera de casa. 

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