Una entrega cabal
El Miércoles Santo de Granada deja las calles a rebosar con protagonismo marcado protagonismo del Realejo con Rosario, Paciencia y Penas y Nazareno · Los Gitanos, el regreso más intenso hasta la Abadía del Sacromonte · Los Estudiantes dejan otro año de buen sabor
Llegados al ecuador de la Semana Santa de Granada, los cofrades y visitantes se han entregado de forma total a la causa. Se han rendido a los encantos de las hermandades capitalinas y han dejado rienda suelta a soñar en las largas noches que se avecinan.
Así ocurrió en el Miércoles Santo granadino, en el que la multitud fue la protagonista en todos los rincones para presenciar los cortejos que llevaron la pasión del Sacromonte a la Plaza de Derecho y con marcado protagonismo del Realejo.
La Gran Vía de Granada se llenó al completo para presenciar el discurrir de Los Gitanos. Foto: Guillermo L. González
Gitanos hasta el amanecer
Por mucho que la forma de entender la Semana Santa de algunos sea singular, si esta es respaldada por miles de personas no debe ser mala del todo. La Hermandad de Los Gitanos se puso en la calle entre el fervor y el júbilo de quienes llevaban un año esperando el reencuentro con el Cristo del Consuelo.
La Gran Vía se volvió a llenar para presenciar una de las salidas más emocionantes de la Semana Santa, fundamentalmente por el dintel del Sagrado Corazón de Jesús que debe sortear los dos pasos de la corporación del Sacromonte.
El paso del Cristo, que estrenó la talla de los respiraderos, ya comienza intuirse cómo será en su conclusión definitiva. En su salida los fantasmas del Martes Santo reaparecieron al registrarse una pequeña incidencia con la cruz y la sujeción a la peana, aunque sin embargo la cofradía pudo solventarlo con éxito.
Le siguió el palio de cobre al que acompañó la Asociación Unión Musical de Ugíjar, con una mezcla de marchas clásicas e innovadoras que deleitaron a los presentes.
Los momentos más intensos se vivieron sin duda ya en la madrugada de este Jueves Santo, con el regreso de la hermandad hasta el Sacromonte, donde no faltaron los cánticos, las saetas, las hogueras y los vítores al Cristo de los Gitanos, ya con el cortejo completamente disuelto.
La salida de Jesús de la Meditación dejó otro Miércoles Santo inolvidable en Derecho. Foto: Álex Cámara
Otro año para enmarcar
Cada año que pasa los elogios son los mismos, pero es que no se merece otros la Hermandad de Los Estudiantes, que sin duda volvió a ofrecer uno de los cortejos más serios de la pasión de Granada.
San Justo y Pastor volvió a acoger la salida de Jesús de la Meditación y el palio de los Remedios con momentos emotivos como el que volvió a protagonizar la tuna universitaria tanto en la salida como en el regreso.
Con ese marcado carácter académico, la hermandad, a la que acompañó La Borriquilla en el cortejo, fue disfrutando de cada metro de calle, con saber estar y discurrir y con el acertado acompañamiento musical de la Agrupación del Dulce Nombre y la Banda de los Remedios.
La calle San Matías, testigo de excepción de Jesús de la Paciencia. Foto: Álex Cámara
San Matías, logrando la proeza
La tercera hermandad del día que debía pasar por Carrera Oficial era la de Paciencia y Penas, que desde la Iglesia Imperial de San Matías volvió a dejar un año más el listón elevado de cómo sacar un paso salvando unas escalinatas sin morir en el intento.
La proeza se volvió a lograr un año más no sin la dificultad que entraña para los que están debajo del paso, la estrechez de la calle, la multitudinaria presencia de devotos y fieles y, por qué no decirlo, la nube de fotógrafos y reporteros que se agolpan para captar el momento.
La hermandad lució este año la nueva saya para María Santísima, una pieza de Jaime Zaragoza Ibañez de bella ejecución que hizo que las Penas brillase con luz propia no sólo en la salida sino en el regreso.
La dificultad de esta hermandad, sin embargo, tiene que ver con su inconveniente de tener que ajustarse como un 'acordeón' en la escasa distancia que separa su templo de Carrera Oficial, donde es el momento en que se puede recomponer el cortejo con facilidad, al contrario de lo que le sucede al resto de hermandades.
Al poco de iniciar su recorrido la Virgen del Rosario recibió una petalá. Foto: Guillermo L. González
Rosario infinito
Aunque si es por cortejos extensos, el problema también lo tiene la Hermandad del Rosario, que cerca de San Matías pone en la calle uno de los más extensos y nutridos de la Semana Santa de Granada.
El amplio número de camareras y nazarenos vuelve a abrir el debate sobre la necesidad de ajustar los tiempos de paso en Carrera Oficial para cofradías como esta, que volvió a brillar con luz propia en cada rincón.
El buque del Realejo y la madre marinera impregnaron las calles de Granada con el trabajo a costal de los hombres de Miguel García Almagro y su equipo. El grito de 'Gloria al Realejo' se escuchó hasta altas horas de la madrugada, en el que Santo Domingo vivió otro momento insigne de la pasión granadina.
La cofradía completó así una noche única en la que un año más, y van dos ya, Paco Toro estuvo muy presente. Su recuerdo es imborrable para los integrantes de esta hermandad.
El silencio llegó de la mano de Jesús Nazareno. Foto: Guillermo L. González
Recogida en Carmelitas
La última cofradía del día fue la del Nazareno, que desde el Convento de las Carmelitas Descalzas invitaba al recogimiento en su discurrir con un cortejo con un gran número de nazarenos y camareras.
Lástima que haya quien no entienda -o no quiera entender- las grandes diferencias que existen y se necesitan a la hora de visualizar en la calle una hermandad silente y una que no lo es.
Las saetas desde Capitanía General estuvieron presentes en la salida de ambos pasos, que fueron invitando al rezo íntimo y recogimiento en cada paso y discurrir para una cofradía que vio cómo el palio de la Merced ya ha cumplido su función.
En los próximos meses verá la luz el nuevo palio que está realizando la hermandad y que podrá observarse con motivo de la salida extraordinaria en el 800 aniversario de la Orden Mercedaria.
