¿Autobús a 1,4 euros? Para este viaje…
...Pues no, no hacían falta alforjas.
Seis meses de Observatorio de la Movilidad. Medio año de reuniones casi semanales, en que asociaciones por la accesibilidad, vecinales, peatonales, ciclistas, motociclistas, de comeciantes, de hostelería, han aportado sus problemas cotidianos y sus propuestas. Medio año de comisiones de movilidad y economía, muchas de ellas vacías de contenido, para amanecer un día con una subida a 1,4 euros del billete de autobús, decidida por el Partido Popular en la intimidad de la junta de gobierno, donde sólo ellos tienen voz y voto, sin encomendarse a una sola comisión, colectivo o asociación, y obviando que cuanto más nos afecta una decisión, más necesidad tenemos de participar en ella. Y sólo quien esté muy alejado de la calle puede pensar que una subida del billete no afecta a la gente.
“Granada tendrá el billete de autobús más caro de Andalucía junto a Sevilla”, esa es la cifra en que destacamos, mientras el nivel de ingresos de las familias granadinas baja y baja.
La concejal de movilidad sólo argumenta la necesidad recaudatoria. La subida intenta cubrir - apenas en un tercio - el sobrecoste de cinco millones que ha supuesto la LAC para nuestro transporte público, y se hace sin abordar la perentoria remodelación de nuestro modelo de movilidad, y sin valorar que, incluso en el sentido recaudatorio, puede volverse en contra.
Habrá quien haga cuentas y, teniendo coche, vuelva a usarlo, y también quien no pueda siquiera permitirse el billete.
Ya ha habido en estos años una considerable pérdida de usuarios por la falta de calidad del servicio, con una subida de precio puede ser peor el remedio que la enfermedad.
Este razonamiento lo hace cotidianamente cualquier productor o vendedor: si subo los precios, igual bajan las ventas, e ingreso lo mismo o menos. Que no lo piense Rober es natural: el suyo es un negocio sin riesgo, con un contrato que les cubre los costes, los gastos generales (que de 2013 a 2015 aumentaron de 2,2 a 4 millones) y un beneficio del 8% (que también aumentó de 2 a 2,4 millones al aumentar el gasto total), haya más o menos usuarios.
Pero que el equipo de gobierno no lo considere sólo se comprende por un modus operandi: la concesión de los servicios públicos, garantizando un negocio privado sostenido sobre los recursos públicos. Aún en este tiempo de dificultad para la mayoría, el Partido Popular sigue decidiendo que pague la gente, mientras siguen aumentando los beneficios empresariales.
El billete subirá este verano, pero el bonobús solidario para desempleados aprobado en Pleno con gran respaldo vecinal, no se pondrá en marcha tampoco este año.
Si disminuyen los viajeros, ¿volverán a subir el precio? Para esto no hacen falta concejales, bastan cajas registradoras.
Hay que dejarse de mezquindades “peseteras” de corto plazo y cortas miras, como el tren turístico (esa burbuja de turistas como extraterrestres en atmósfera hostil), la tasa turística, el peaje de la Alhambra o esta subida del billete, porque nos alejan cada vez más de las ciudades modernas que prosperan apostando por una convivencia amable en sus espacios, generando más visitas y aumentando la calidad de vida.
Durante estos seis meses hemos podido adivinar la visión de una Gran Granada, con un transporte público de calidad que sea un orgullo y un placer para residentes y visitantes, como los tranvías de Lisboa subiendo a la colina. La vía para salir del bache económico es recuperar y aumentar usuarios, apostando con valentía por un transporte público de calidad, para una Granada como la que más.
Marta Gutiérrez
Concejal de Vamos Granada en el Ayuntamiento de Granada
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