viernes 26 abril
Opinión  |   |

Ayax, Prok y otra gente del montón

Columna Carmen Lizárraga

Primero nos dijeron que no había dinero, que si habíamos vivido por encima de nuestras posibilidades, que no tendríamos que habernos metido en hipotecas, que había que sacrificarse. Y eso lo dijeron después de un derroche de dinero público sin precedentes, después de que una clase política, corrupta y sin escrúpulos, con una clase de corruptores, se hiciera conocida por sus bodas, prevaricaciones, cohechos, tráficos de influencias. Este país se llenó de rotondas y los frigoríficos se vaciaron. Los salarios cayeron, los hospitales y los colegios adelgazaron, y quedamos más desprotegidos socialmente. Encumbraron la bondad de las políticas de austeridad, legitimándolas con chaquetas y corbatas.

Pero en el fondo, como dice Paul Krugman, estas políticas nos fueron conduciendo a algo que cada vez se parece más a una sociedad de castas. A través de un turno bipartidista, se ejerció una función de control y reproducción de las relaciones de poder, con unos intereses ligados al 1% más rico. ¿Cómo? Primero, eliminando el impuesto sobre las riquezas, sobre las herencias, para que las grandes fortunas puedan heredarse a la próxima generación. Segundo, se redujeron las tasas impositivas sobre dividendos y rendimientos del capital para que a los poseedores de grandes riquezas les resultara fácil acumular aún más. Tercero, gente muy rica eludió cantidades millonarias en paraísos fiscales, quitándoselo a nuestros servicios públicos fundamentales. También se redujeron las tasas impositivas de las personas de ingresos altos y se trasladó la mayor parte del impuesto sobre la renta al trabajo asalariado.

¿Qué más? Por el lado del gasto, se ha recortado en salud pública, que utiliza el 99% de la población, en educación pública y en inversión en educación superior, de forma que las personas con bajos ingresos tienen cada vez más difícil adquirir una educación y formación que les permita mejorar su posición socioeconómica. Por último, se ha socavado el poder de los sindicatos, se han privatizado funciones gubernamentales para sustituir a funcionarios y funcionarias del sector público, independientes, con una remuneración digna, por empleados y empleadas del sector privado mal pagados. Nos han puesto cada vez más cerca de una sociedad de castas.

Pero la cosa no queda en esas tremendas políticas. Después llegó la represión, y lo hizo con la ley mordaza. Lo hizo con una justicia que ignoró que Jiménez Losantos dijo que dispararía a los concejales de Ahora Madrid, pero intervino duramente con los titiriteros por criticar montajes policiales. Fueron privados de libertad como terroristas durante cinco días. La conducta de la justicia fue la misma en este caso que la que llevó a la inhabilitación a Epidio Silva por el caso Blesa. Nuestros dos raperos, Ayax y Prok, fueron encausados por injurias contra la policía en un vídeo en el que aparecen varios agentes aunque sus caras no son visibles.

Con la nueva Ley Mordaza ni siquiera se puede criticar al poder. ¿Qué pasa? ¿Vivimos en un Estado policial? También en Granada se ha mandado a prisión a un chico que robó 79 euros hace seis años en lugar de utilizar el indulto, aunque solo sea parcial, para casos como este en que el individuo cometió el hecho con 18 años y ahora está perfectamente integrado y rehabilitado.

Entretanto, se ha indultado a banqueros como Sánchez, relacionado con el caso Estivill. No hay ni un banquero en la cárcel. Las condenas han sido mínimas para que no tuvieran que ingresar en prisión en el caso de las cajas catalanas y gallegas. Y el tribunal supremo ha absuelto a Millet por el caso del Palau de la Música recientemente.

Han sido malos tiempos para la lírica de Ayax, Prok. Tiempos duros para la gente corriente. Y digo han sido, porque cada vez ocupamos las instituciones más gente del montón, personas molestas que no están en el listín telefónico de las empresas del IBEX-35. Esta democracia lo será con mayúsculas cuando se garanticen la libertad de expresión y la justicia igual para todo el mundo. También para la gente del montón.

Carmen Lizárraga
Parlamentaria andaluza por Granada de Podemos

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