Luna creciente (Bajo el cielo de una luz espectacular) (17-7-2014)
Bajo el cielo de una luz espectacular
Granada tiene una luz, la de su cielo celeste republicano, que tiene mucha magia. O que su cielo es mágico. Pero sus gentes no son mágicas. No son criaturas cabalísticas. No son Merlines que hechizan con una mente inteligente. Granada posee una variada fauna urbana de criaturas humanas que son lo más parecido a zurupetas, esotéricas, chamarileras y cacofónicas. Sí. Y solo basta con repasar, con la atención debida, la intrahistoria de esta ciudad de almendras garrapiñadas tan amargas como la hiel. Aunque la luz de Granada en los días despejados de nubes grises, da igual que sean días del ocre otoño, del crudo invierno, del verano canicular o de la primavera vestida de flores, es como una doncella que entrega su hermosa virginidad a un color azulino que después alumbra todo lo que es de esta ciudad, y con la notabilísima excepción de no alumbrar las mentes opacas de los granadinos. Aquí se ha asesinado a un poeta inmortal e universal. Aquí se han tenido que ir muchas gentes que nunca debieron de irse Aquí se ensalza a mediocres a los que se les eleva al Olimpo. Aquí es de esos pocos lugares en los que se paran los relojes políticos. Aquí la envidia es como un perro gorilero que muerde con fauces inmensas. Aquí se le roban las ideas a Dios. Y aquí la Justicia encarcela a un joven estudiante de Medicina de 25 años, al que se le rompe su vida, porque fue piquete en una huelga, ¿sigue recogido el derecho a la huelga en la Constitución Española vigente, que se realizó cuando este joven era miembro del 25-M. Hay una luz en Granada que se apaga. Y otra luz que está emitiendo los rayos penosos de la involución de las libertades en un Estado Social de Derecho. La luz viaja rapidísimamente, pero Granada discurre tortuosa. Lentísima.
Popular ahora
