miércoles 15 mayo
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Relatos cortos sin recortar (17 de Marzo de 2014)

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Esa damisela de la alta sociedad que sale con mucha frecuencia en el papel rosa del país de Irás y no Volverás, mujer que nació con un tercer ojo en la entrepierna, justamente al lado mismo de su sexo florido como un almendro en flor durante todo el año, ha tomado los hábitos porque se le han agotado, de repente, las ganas de copular con los hombres y también con aquellas mujeres que le entraban por sus otros dos ojos de la cara. La damisela en cuestión, de dulces palabras televisivas en los programas soporíferos en los que se despelleja a las criaturas humanas, ellas y ellos, dará su adiós de las televisiones privadas con un programa especial en donde esta dama copulará en directo y sin preservativo, como despedida de la televisión, un día antes de entrar en el convento de clausura que la acogerá hasta el fin de sus días. La damisela copulará en directo con un conocido presentador televisivo que es gay (maricón) salido del armario, pero que en esta ocasión no hará ascos a una mujer con la que se encamará con él en vivo y en directo. La cadena de televisión privada “Una Mierda para los Espectadores” (ME), aduce que se creará un nuevo programa en un espacio de máxima audiencia, “Folla bien y no mires con quién”, y si tiene este primer programa el éxito de audiencia que espera toda la cúpula de directivos de la cadena.

Cuando a aquel caballero español le diagnosticaron una enfermedad de esas raras, él ejercía el puesto de director de una sucursal bancaria que daba préstamos sin intereses e hipotecas igualmente a interés cero, ha sido relevado de su puesto fulminantemente al comprender la entidad bancaria, de renombre nacional e internacional, que los negocios que realizaba su director de sucursal eran ruinosos para ella. La entidad bancaria le ha ofrecido otro puesto de trabajo, con igual remuneración que el anterior, como asesor de flatulencias evitables en la Dirección General del Banco. La enfermedad rara que le detectaron al caballero español, es que sencillamente no se puede aguantar un pedo, y aunque esté delante del Papa de Roma o del presidente del Gobierno de su país. Las flatulencias extremas de este caballero español son de tal olor, tan nauseabundo, que son capaces de hacer que un mulo romo pierda el sentido y caiga al suelo totalmente mareado por la terrible pestilencia del pedo. La mujer con la que se casó, se desposo, una dama de alta alcurnia nobilísima, también lo repudió y después se divorció de él por el maldito problema de las flatulencias fétidas, hediondas y nauseabundas. Y sus hijos solo lo ven cuando está metido dentro del traje de astronauta sellado al vacío en la que lo han metido por prescripción facultativa. La enfermedad rara, ha arruinado la existencia a este español de pro, un hombre de éxito que ahora está en las horas más bajas de su existencia. Llevar el terno de astronauta a diario, es una tarea tan ingrata como los intereses abusivos de los préstamos e hipotecas que ahora cobra de nuevo la entidad bancaria que antes dirigía el caballero español con una enfermedad rara diagnosticada.

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