Doce meses en los que todo cambió
Hace 365 días que Granada convive con el coronavirus, el 'bicho' que dio un giro radical a la vida, paralizó el mundo y nos recordó que no somos inmortales
Primero fueron 12 casos el 12 de marzo, después los dos muertos a los pocos días y así un incesante aumento de datos y cifras detrás de los que hay miles de granadinos a los que el coronavirus ha golpeado de una manera u otra. Más de 70.000 personas han resultado contagiadas y de ellas más de 1.500 han perdido la vida. Granada ha aprendido a convivir con el 'bicho' que ha dado un giro radical a la vida en 365 días.
Este 14 de marzo se cumple un año justo desde que se declarara el estado de alarma, el primero de todos, de consecuencias incalculables y con el que pocos eran capaces de aventurar todo lo que vendría después: cese total de la actividad, una crisis económica, la vida parada por completo y, sobre todo, decir adiós a una normalidad que, todavía doce meses después, ni se sabe si volverá.
Desde aquel día ya nada ha vuelto a ser igual. En la vida de los granadinos y de los ciudadanos en general se ha impuesto el uso de la mascarilla como norma fundamental, hay más higiene personal y colectiva, los geles hidroalcohólicos forman parte de cualquier acción que se hace en el exterior y sobre todo han desaparecido, en la mayoría de casos, los abrazos y los besos como forma de afecto con el prójimo, el amigo o el conocido.
Pero también la actividad ha cambiado por completo, las restricciones forman parte del día a día de la ciudadanía, que aguarda pendiente a las decisiones que toman los representantes autonómicos en el caso de Granada y de la evolución de tasas y cifras, detrás de las que, además de números, hay personas.
El coronavirus ha ganado la partida a muchos ciudadanos que no pudieron resistir el pulso de la pandemia, pero mientras tanto la lucha sigue incesante en los hospitales, donde los profesionales se han entregado, y lo siguen haciendo, en cuerpo y alma a frenar la expansión del 'bicho'.
La esperanza
La mejor noticia de este último año llegó en diciembre, con el suministro de las primeras vacunas en residencias de ancianos de Granada, después fueron llegando otras dosis para profesionales sanitarios, profesores, cuerpos y fuerzas de seguridad del estado… con la esperanza de que pronto este sea el mejor escudo para frenar la escalada de contagios.
La crisis del coronavirus también ha traído consigo una crisis económica, la ruina para muchas familias que no han podido y no pueden aguantar más en esta situación, a la espera de unas ayudas que, como todo lo que tiene que ver con la administración, a veces llega tarde y otras, ni eso.
En este año, el turismo del que en gran parte depende Granada se hundió por completo, desaparecieron los actos sociales y de ocio con la normalidad que hasta primeros de marzo de 2020 se conocía; la vida cultural y deportiva cambió y hubo que adaptarse a lo que la pandemia pedía en cada momento.
Así las cosas, Granada cumple el primer año de coronavirus no solo echando la vista atrás para rememorar lo que cambió, sino mirando al frente con esperanza para recibir todo lo que esta por llegar. Porque este virus nos recordó que somos mortales, pero también que únicamente el esfuerzo y la responsabilidad colectiva podrá con él.
