El error vence a la ilusión
El Granada CF cae derrotado ante el Villarreal por un tempranero gol de Gerard Moreno después de que Asenjo evitase que Soldado adelantase a los locales a los tres minutos
Reza el conocimiento popular en el mundo del fútbol que el que perdona lo acaba pagando, una frase que ha podido contrastar el Granada CF muy a su pesar. Los rojiblancos recibían este viernes al Villarreal en un partido ilusionante para ambas aficiones, con puestos europeos en juego por más que el discurso local invite a no mirarlos más que de reojo. Los errores propios condenaron a los granadinos, que pudieron irse con un resultado mejor.
En una nueva normalidad balompédica a la que aún hay que terminar de adaptarse, ninguno de los hinchas pudo acudir nuevamente a un partido que a buen seguro habría sido de esos que se empiezan con ventaja antes siquiera de que ruede el esférico. Ante un Los Cármenes vacío al que cuesta acostumbrarse, los de Diego Martínez salieron a buscar desde el inicio tres puntos que permitirían adelantar al Valencia en la tabla.
Mordió el Granada CF en los primeros minutos. Con el mismo ímpetu que en las grandes citas, los rojiblancos buscaron incomodar al rival nada más empezar y a punto estuvieron de sacarle el mayor beneficio posible a la estrategia cuando solo habían transcurrido 180 segundos.
Carlos Neva fue el encargado de buscar el área desde la banda con un esférico que atravesó a dos defensores dentro de la zona de pena máxima para acabar encontrando a Soldado. El ariete, experimentado como nadie en estas situaciones, quiso asegurar con el interior el que debería haber sido el primer tanto del encuentro. Debería, porque un Asenjo providencial corrió al segundo palo para enviar a saque de esquina lo que ya era un gol cantado.
Salió cruz en la moneda para el Granada CF en esta ocasión y salió cara la oportunidad perdida. Los fallos se siguen pagando caro pese a que los equipos sigan sin estar cerca de dar el cien por cien de sus capacidades y el Villarreal le explicó rápidamente el porqué a los locales. Solo siete minutos después de la intervención de Asenjo, Gerard Moreno ganó la espalda a Carlos Neva tras un pase en profundidad de Rubén Peña para pisar el área y batir a Rui Silva con un zurdazo cruzado en el segundo toque.
Tras el tanto de los visitantes, en el que los defensores pudieron hacer algo más, los rojiblancos perdieron su lugar en el partido y comenzaron a aparecer imprecisiones en su juego. Los pases dejaron de llegar a su destino con tanta facilidad, las ayudas comenzaron a llegar tarde y la portería del conjunto amarillo se tornó más distante que nunca. Entre esta vorágine negativa, a punto estuvo Ontiveros de doblar la diferencia con un disparo que tocó en Víctor Díaz antes de estrellarse en el travesaño.
La mejor noticia para el Granada CF fue la llegada del descanso. En primer lugar, por poner fin a una primera parte en la que, si bien parecieron reconectarse en los últimos minutos, estuvieron a merced del Villarreal por demasiado tiempo. En segundo lugar, porque la distancia en el marcador no creció pese a la diferencia sobre el césped. Era el momento de que Diego Martínez pudiese hablar largo y tendido con sus pupilos para solucionar la situación.
La primera medida que tomó el técnico fue cambiar el esquema de juego y dar entrada a Darwin Machís por Soldado. El venezolano respondió a la confianza depositada en él nada más volver de la reanudación con un disparo lejano que supo atrapar bien Asenjo. Con el 4-2-3-1 sobre el campo, los locales juntaron filas en el medio y dificultaron la circulación visitante.
Dio un par de pasos atrás el Villarreal, más por voluntad propia que forzado por un Granada CF que no terminó de conectar los pases en el centro del campo. Como viene siendo costumbre en estas jornadas, los de Calleja optaron por esperar y buscar un contragolpe, algo que encontraron en el minuto 60. Paco Alcácer se topó con la misma jugada que Soldado en la primera parte, pero el exjugador del Borussia Dortmund conectó más forzado con el balón y lo mandó alto.
Una medular falta de recursos
Le costó a los mediocentros rojiblancos dar con su fútbol. Ante las bajas de Montoro y Gonalons echaron en falta los de Diego Martínez a un creador capaz de conectar con los de arriba. El porcentaje de acierto en los pases se resintió notablemente, llegando a su destino solo el 76% de las asistencias, lo que dificultó la labor ofensiva y obligó a buscar alternativas.
Salió del campo un Fede Vico desacertado que no llegó a apoyar en el medio. Azeez entró para ofrecer más músculo en una zona ya desgastada por la fatiga y se encomendó la labor ofensiva a Machís y Carlos Fernández.
Dio resultados la estrategia para un Granada CF que comenzó a llegar por banda. Varios centros consecutivos que no encontraron rematador por poco dieron el aviso y el delantero sevillano se encargó de confirmarlo con un disparo desde la frontal del área que salió cerca del poste de la meta de Asenjo.
Cambió de dibujo por tercera vez en el encuentro el equipo nazarí. Entró al campo Gil Dias con el fin de estirar los carriles y buscar un esquema con tres defensores y dos carrileros. Trianguló mejor el equipo e incluso encontró una valiosa oportunidad con triangulaciones entre la banda derecha y el medio que terminó Machis mandando a las manos de Asenjo.
Con siete minutos de descuento llegó el Granada CF a soñar con el empate. Mediante la fórmula del centro y remate llegó más peligro que nunca a la portería de Asenjo. En uno de esos balones colgados la tuvo Puertas, habilitado por Carlos Fernández, que disparó desviado desde el punto de penalti el que podría haber sido el tanto del empate.
Sirvió de poco la mejoría local. Con un resultado que no cambió, los de Diego Martínez cayeron en un encuentro en el que al menos llegaron a dar la cara contra un rival que oposita seriamente a competiciones continentales. Sigue viva, si bien de forma más remota, la posibilidad de soñar con una plaza en la Europa League, el cansancio y los errores se impusieron a la ilusión de un plantel que se reencuentra con derrota seis jornadas después.
