Elisa llega con un Gordo debajo del brazo
La administración 7 de Granada capital vende una serie del 03347, lo que supone el reparto de cuatro millones entre abonados · Su propietario había sido padre de una niña hace unas semanas y tenía el local cerrado en el momento del premio
Se suele decir que los niños llegan con un pan debajo del brazo y Elisa es el mejor ejemplo para el propietario de la administración 7 de Granada capital, Juan Burgos, que ha vendido diez décimos del Gordo del Sorteo Extraordinario de la Lotería de Navidad, recaído en el 03347.
Los agraciados con uno de los números premiados, que reciben 400.000 cada uno, han sido "abonados y gente que juega todos los sorteos con esa cifra", ha señalado Burgos, quien ha asegurado que conoce perfectamente a los afortunados.
Sin embargo, la anécdota de la mañana la ha protagonizado esta administración, ya que se encontraba cerrada en el momento en que Aya y Nerea han cantado el Primer Premio de la Lotería, uno de los más tardío al salir después de las 12.30 horas
Poco o nada se imaginaba Juan este sábado que sería el protagonista de la jornada en Granada. “Ni pensaba que iba a tocar nada aquí porque ha salido tarde el premio, pero al final mira”, comentaba el lotero visiblemente emocionado.
Se trata del mayor premio que ha repartido esta administración de loterías hasta la fecha; si bien sí ha sido agraciada en algún sorteo de El Niño.
La sonrisa de Juan se hacía infinita cuando veía aparecer a su particular ‘diosa Fortuna’. Con apenas 32 días, Elisa se ha convertido sin pretenderlo en la estrella que 'ha guiado' el día de su padre.
Aunque ninguno de los premiados, vecinos del barrio, ha querido hacer acto de presencia, los curiosos se han concentrado en las inmediaciones de la administración para celebrar junto a Juan y su familia el momento.
Quien no ha faltado a la cita ha sido los allegados del lotero granadino. Los abuelos de Elisa, “con el ‘Gordo’ más grande que te puede tocar” entre los brazos, señalaban que la felicidad ha llegado por partida doble. “Yo me quise apostar anoche con mi yerno una cena porque sabía que le iba a tocar, y al final él no quiso. Me debe la cena de todas formas”, destacaba Carmen entre risas mientras miraba con admiración al padre de su nieta.
Una premonición que finalmente se ha cumplido con varias botellas de champán abiertas y con la ilusión reflejada en los ojos de todos los presentes. Porque aunque El Gordo no haya llamado a su puerta este año en forma de boleto premiado, seguro que la ‘diosa Fortuna’ guarda, bajo ese nombre que tanto significa, algo especial para usted.
