Luna creciente (Cruces) (30-4-2015)
Cruces
Otro Día de las Cruces que se va a celebrar en Granada. Y yo, eso, sin aprender a bailar sevillanas. Imperdonable, por mí parte. Ya voy para mayor, y no se me ocurre aprender a bailar sevillanas. No soy un buen granadino, lo reconozco. No sé bailar sevillanas. Así luego los granadinos de pro, popa y proa, me dicen que soy un malafollá. Y lo seré, sin duda alguna. ¿Cómo es posible que nunca jamás se me haya ocurrido aprender a bailar las sevillanas? Y con lo maravilloso y divino que el Días de las Cruces con esas cogorzas, borracheras o turcas tan mayestáticas y espectaculares que coge el personal de aquí y de allí por las calles granatensis, y con las sevillanas bailadas hasta la saciedad de la primera, la segunda, la tercera y la cuarta. Nunca seré un granadino total, lo sé, y ya que no conozco el arte de bailar sevillanas ni tengo el gaznate listo para beberme la rica manzanilla de Cádiz como si fuera o fuese agua acompañada de verdes habas tiernas y “salaíllas” de algún horno de leña del fantástico barrio de los halconeros, el maravilloso Albayzín, ese que se lo están cargando la Junta de Andalucía y el Ayuntamiento de Granada, al alimón, por desidia, dejadez, abandono y, quizá, por intereses económicos de esos que son tal vez inconfesables y presuntamente corruptos. Desde luego, todavía puedo aprender a bailar sevillanas, no voy a entregar la cuchara de un día para otro, pero la verdad es que no me atrae bailar sevillanas ni coger un “pedo” alcohólico como un mulo cargado de paja. Y lo del “pero” con la tijera hincada en el corazón, eso si que merece, por lo menos, una tesis doctoral. Hay que tener superstición en Granada, y por los granadinos. Granadinos que se chiflan por imitar lo sevillano. ¿Y bailar granadinas?
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