Solo ante el partido
Lejos de asumir las directrices del PP, Torres Hurtado intenta ganar tiempo para evitar una dimisión forzada · El alcalde recurre a su experiencia para manejar una situación similar a la que ya le puso en jaque tras perder la mayoría absoluta hace un año
José Torres Hurtado vive sus momentos más delicados desde su llegada a la Alcaldía. Foto: Luis F. Ruiz
48 horas después desde que fuera detenido por su presunta implicación en la trama urbanística del Ayuntamiento de Granada, el alcalde José Torres Hurtado mantiene el tipo muy a pesar de quienes ya han pedido su dimisión.
Además del papel obligado que está jugando la oposición, el regidor municipal de la Plaza del Carmen se ha encontrado con una situación que le deja entre una espada de Damocles y la puerta que su partido le ha abierto para que abandone el bastón de mando después de trece años.
Sin embargo, lejos de aplicar la doctrina que ya le han reclamado, principalmente desde el aparato regional de la formación, José Torres Hurtado intenta ganar tiempo para mantenerse al frente de la Alcaldía. Al menos con la firme intención de que se calmen las revueltas aguas que llevan a la deriva su futuro desde que el pasado miércoles se produjese el 'terremoto' que ha marcado un antes y un después en la Plaza del Carmen.
El regidor granadino quizás esté viviendo desde el amanecer del pasado día 13 sus momentos más complejos en la casa consistorial, pero no por ello los más débiles. De hecho, no es la primera vez que el alcalde se ha visto más fuera que dentro y finalmente ha logrado salir airoso de situaciones que, aun siendo igual de complejas de resolver, nunca pusieron en duda su honorabilidad.
Solo hay que remontarse a la noche electoral de mayo del año pasado, cuando después de perder la mayoría absoluta le tocó afrontar en solitario como ahora otro momento amargo. Entonces, en la sede del PP granadino compareció acompañado únicamente por Juan Antonio Fuentes, coordinador de campaña del PP local. Este miércoles, pese a que en el salón de plenos estaban su portavoz y portavoz adjunto, Juan García Montero y Francisco Ledesma, la puesta en escena volvió a ser en solitario.
De la misma forma se fue a almorzar con Luis Salvador en la tarde del 12 de junio, víspera a la jornada de investidura en la que consiguió trazar una hoja de ruta con el líder de Ciudadanos para garantizarse su investidura que unas horas antes parecía imposible. Con la ayuda de su partido o sin ella, el alcalde había visto cómo la formación naranja pasaba de pedir su cabeza a abstenerse para mantener el bastón de mando.
Precisamente, esta experiencia, basada en el sosiego, la calma y el temple le han servido para manejar otras situaciones controvertidas desde que llegó en 2003.
Torres Hurtado vuelve a jugar contrarreloj después de haberlo hecho en dos semanas tras ganar con mayoría simple las elecciones o para conseguir la designación del PP para encabezar la lista electoral en 2015 pese a sufrir un año antes un infarto de cerebelo.
El alcalde intenta evitar a toda costa una dimisión forzada por las directrices que ya le han marcado desde su partido a nivel regional y nacional en público. Este viernes lo hará el provincial.
Aunque el alcalde es consciente de que no tiene consigo todos los apoyos suficientes para quedarse, sus más allegados no son capaces de apostar cuánto aguantará un pulso que, por ahora, lo ha dejado solo ante el aparato de su partido.
